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Indicios de que hubo explosión de grisú en Caboalles

Los diez mineros muertos el pasado miércoles en el grupo María, de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), fallecieron a causa de una explosión de grisú, según confirmó ayer a EL PAIS el secretario provincial del Sindicato de Minería de Comisiones Obreras, Ricardo Quintana Rodríguez, quien manifestó que la totalidad de los cadáveres rescatados hasta ahora presentaban claros signos de quemaduras, e incluso algunos de ellos se hallaban completamente carbonizados.

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Ricardo Quintana añadió que, en contra de algunas informaciones filtradas por personas próximas a la empresa, en las que se decía que el accidente podía haber sido provocado por un corrimiento de tierras sin que hubiera llegado a explotar el grisú, los informes del médico forense y de numerosos testigos presenciales que participaron en el rescate de los cadáveres señalan que los mineros perecieron abrasados por el fuego, lo que abre numerosas interrogantes sobre el alcance de las responsabilidades en que hayan podido incurrir los técnicos encargados del pozo y la propia empresa, así como sobre la fiabilidad de las inspecciones periódicamente llevadas a cabo por la Delegación de Industria. Como se recordará, el accidente ocurrió en la capa número trece del pozo María, situado en la localidad de Caboalles de Abajo, próxima a Villablino.Durante el día de ayer fueron recuperados los restantes cadáveres por los equipos de rescate, en los que participaron más de 2.000 mineros de los pozos vecinos, repartidos en turnos de cuatro horas. A las ocho y cuarto de la mañana de ayer apareció el cuerpo de Alfredo Prieto Suárez, soltero, de diecinueve años, ayudante minero; a las diez, el de José Oubiña Díaz, también ayudante minero, de diecinueve años, y media hora después, el de Antonio Restrepo Vior, picador, de veintiocho años. Por último, a la una y media de la tarde, los equipos de rescate pudieron extraer de la galería donde ocurrió el accidente el cadáver de Emilio Pinillas Alvarez, ayudante minero, casado, con un hijo. A última hora de ayer, fue, finalmente, extraído el cadáver de Manuel González Acero, picador, casado y padre de tres hijos. Alrededor de un millar de personas permanecían constantemente al pie del pozo en espera de noticias sobre el rescate, en un ambiente de gran tensión.

Deficiencias de seguridad

El alcalde de Villablino, municipio al que pertenece la mina, Manuel Rodríguez Barrero, manifestó ayer a EL PAIS que no existía duda alguna sobre la naturaleza del accidente, añadiendo que la explosión del grisú desplazó 150 metros a una de las víctimas, concretamente al maquinista Basilio Uría Cangas. Otros dos cadáveres, un barrenista y un enganchador, aparecieron carbonizados. Según Manuel Rodríguez, militante del PCE, la versión de la empresa y la ofrecida por las centrales sindicales es radicalmente distinta, por cuanto de la segunda pueden derivarse graves responsabilidades para la MSP por deficiencias en los sistemas de seguridad, mientras que, de acuerdo con la primera, el accidente hubiera sido completamente fortuito.Según Comisiones Obreras y el alcalde de Villablino, todos los indicios apuntan a que la explosión del grisú se produjo debido a la deficiente ventilación de la galería del accidente -sobre la cual ya habían sido presentadas varias denuncias por el comité de empresa, tras otras dos pequeñas explosiones ocurridas desde finales de 1977-, así como la inexistencia de controles de este gas, dado que con ello se hubiera podido detectar fácilmente el peligro.

Además, se señala que los equipos de rescate que han podido entrar en la galería se han encontrado con una gran cantidad de carbón que no había sido retirado del lugar por al anterior relevo, lo que «taponó» la ya deficiente ventilación de la galería y favoreció la formación de la bolsa de grisú. El hecho de que uno de los cadáveres, el de un vigilante, presentara sólo quemaduras leves se explica señalando que fue precisamente este carbón el que «protegió» al cadáver.

Alcalde de Villablino: "Materiales vergonzosos"

De acuerdo con las mismas fuentes, la chispa que hizo explosionar la bolsa de gas partió de una de las máquinas empleadas en el arrastre de las vagonetas, que ha aparecido completamente destrozada. Esta no estaba adecuada en modo alguno, según los mineros, para trabajar en una capa especialmente peligrosa, como era la número trece. Por último, el alcalde de Villablino calificó de «vergonzosos» los materiales y aparatos que utilizan los equipos de salvamento de la empresa, advirtiendo que su peso se aproxima a los veinte kilos -botellas de oxígeno, mascarillas antigas, etcétera-, mientras que el material más moderno puede ser hasta cuatro veces más ligero. Esta parece ser una de las causas por las que los equipos de rescate tardaron varias horas en llegar al lugar del accidente. Según las mismas fuentes, solamente tres trabajadores pudieron acceder en los primeros momentos al lugar de la explosión, y uno de ellos tuvo que ser retirado por sus propios compañeros.

La empresa descarta la explosión

EL PAIS intentó ponerse en contacto, sin éxito, durante los dos últimos días, con un portavoz de la empresa para contrastar las informaciones facilitadas por los mineros y el alcalde de Villablino. Finalmente, a las cuatro de la tarde de ayer, la empresa se limitó a leer un comunicado en el que se decía que hasta que no finalicen los trabajos de rescate de los cadáveres y los informes de los técnicos -tanto de la MSP como de la delegación de Industria- no se haría pública ninguna versión oficial sobre los hechos. En el comunicado se señala también que todas las informaciones que puedan producirse hasta ese momento son sólo «hipótesis sin bases», y se asegura que hasta ahora no hay indicios de que el accidente se haya debido a una explosión de gas, apuntándose la posibilidad de que todo se haya originado por un «desprendimiento de carbón».Ayer cerraron en Villablíno todos los establecimientos comerciales con motivo del entierro de los cuatro mineros cuyos cadáveres fueron rescatados en primer lugar. Los funerales tuvieron lugar a las tres y media de la tarde, en la localidad de Olallo, y a las cinco, en Caboalles, en tanto que para las cuatro de la tarde de hoy está previsto el entierro de otros dos cadáveres, en el Villar de Santiago y en Asturias, región donde ayer se registró un paro total del sector.

Desde Suecia, donde se encontraban en viaje oficial, los Reyes de España enviaron ayer un telegrama de condolencia a los familiares de las víctimas.

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