Posibles divergencias dentro de ETA militar

Bilbao - 20 oct 1979 - 00:00CET

La noticia según la cual se había producido una escisión en ETA politico-militar, anunciada el jueves por el ministro del Interior, Antonio Ibáñez Freire, ha sido acogida con gran escepticismo en los medios políticos vascos. Es posible que esa noticia tenga su explicación en los llamados «comandos autónomos» que vienen actuando desde hace tiempo. Sin embargo, lo que esos mismos medios consideran más verosímil es la existencia de divergencias en la dirección de ETA militar. Síntoma de ello sería el traslado a Venezuela de una parte significativa de la dirección histórica de la organización terrorista vasca.

La evidencia de la salida de Euskadi norte hacia el mencionado país latinoamericano de buen número de viejos militantes considerados representativos de la línea encarnada en su día por Argala (forzar la situación lo justo para obligar al Gobierno a negociar en posición de inferioridad) ha dado pie en las últimas semanas a especulaciones sobre una posible crisis interna resuelta a favor del sector bereziak.Los bereziak, escindidos de ETA (p-m) en 1977 y posteriormente integrados en ETA (m), se dieron a conocer como grupo en el secuestro y posterior asesinato de Javier de Ibarra, en el verano de dicho año. Este sector, que justificó su ruptura de los político-militares en base a la presunta inclinación negociadora de la dirección, se ha distinguido desde entonces por su negativa a cualquier posible tregua o negociación que no partiera de la plena aceptación por parte del Gobierno de los cinco puntos de la alternativa KAS.

En una entrevista aparecida esta misma semana en el semanario Punto y Hora de Euskal-Herria, los portavoces de la dirección actual de ETA militar resumen su posición con estas palabras: «hoy hay un sector del pueblo. que está exigiendo a voces unas reivindicaciones, tanto nacionales como de clase, que se concretan en los cinco puntos de la alternativa KAS. Esto es lo que da pie a que ETA actúe de la forma que lo está haciendo. En la medida que di chas reivindicaciones sean solucionadas, ETA siempre ha dicho que replantearía su modo de proceder Cualquier otra interpretación no tiene ningún sentido, y en Madrid esto lo saben perfectamente.»

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Escepticismo en medios vascos sobre la posible escisión de ETA político-militar

(Viene de la primera página)En cuanto a la escisión de ETA (p-m), fuentes de Euskadiko Ezkerra, coalición a la que ETA (p-m) considera habitualmente como su punto de referencia en el terreno político, estimaron que la noticia de la presunta escisión «carece del más mínimo fundamento». Algunos abogados de los que suelen hacerse cargo de la defensa de los político-militares consideraron también «poco verosímil» la noticia, y recordaron que hace unos meses, coincidiendo con la huelga de hambre de los presos de Soria, ya se habló de posibles escisiones, que luego no se confirmaron. En aquella época se estaba debatiendo la posición ante el Estatuto, y hubo algunos miembros de ETA (pm) que se mostraron reticentes a la postura de apoyo incondicional propugnada por la dirección de su organización. Sin embargo, según las fuentes consultadas por EL PAIS, tan sólo dos miembros de la organización de presos en Soria se declararon independientes, pese a lo cual han participado posteriormente en algunas acciones de protesta protagonizadas por ETA.

Respecto a la explicación del señor Ibáñez Freire en el sentido de que la escisión de ETA (p-m) se habría producido entre un sector partido de abandonar las armas, y otro dispuesto a proseguir la lucha armada, cabe recordar que en todos sus últimos comunicados, la dirección de la organización manifestaba, junto su apoyo al Estatuto, su voluntad de proseguir sus ataques contra las FOP, en tanto no fueran sustituidas por una policía vasca.

Una posible interpretación de la noticia adelantada el jueves por el ministro del Interior pudiera tener relación con la adscripción a los llamados «comandos autónomos» de Francisco Aldanondo, abatido por la Guardia Civil el miércoles en Tolosa. Aldanondo, que había sido detenido a comienzos de 1977, militó en la rama político-militar. Sin embargo, cuando, en diciembre del mismo año, abandonó, como último preso vasco amnistiado, la prisión de Martutene, ya no pertenecía a dicha organización, pasando pronto a integrarse en los «autónomos».

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