Gutiérrez Mellado: "Quienes hablan de golpe militar es porque quizá lo desearían"

El vicepresidente primero del Gobierno español, teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, que se encuentra en Italia en visita oficial, declaró ayer en una rueda de prensa que quien habla de golpe militar en España «es, quizá, porque lo desearía». El señor Gutiérrez Mellado reconoció que ETA tuvo en el pasado «un cierto apoyo entre la población vasca».

Interrogado sobre la reacción de los militares cuando uno de sus compañeros cae víctima del terrorismo, el teniente general Gutiérrez Mellado explicó que cuando el terrorismo siega la vida de un militar, en las filas del Ejército no reina el nerviosismo, como se suele afirmar, sino la indignación. «Se trata», añadió, «de esa indignación que siente todo el mundo cuando muere un ser humano y más si es español, si es amigo y si lleva tu uniforme.»Negó que en las academias militares proliferen los profesores con ideas ultraderechistas. «Podrá haber de todo y habrá también quien se queje de lo contrario», prosiguió. «Lo que sí es cierto es que la reforma militar, que dejó intacta «nuestra herencia inmortal" y ha acabado con muchas cosas en desuso, fue aprobada en las Cortes casi por aclamación. Hoy, el Ejército español», afirmó el teniente general Gutiérrez Mellado, «tiene que aprender de los demás países sólo en problemas técnicos. En lo demás está a la altura de los restantes países democráticos.»

A la pregunta de EL PAIS sobre el tratamiento que la prensa extranjera concede a los rumores sobre posibles golpes militares en España, el vicepresidente del Gobierno respondió tajantemente que quien habla de golpe es porque quizá lo desea, y que una posibilidad tal no la permite ni el nivel alcanzado por el país ni la actitud del Ejército. Son cosas del siglo pasado, añadió. «Preguntar si es posible hoy en España un golpe militar es como preguntar a una señora si es honrada.»

A un periodista italiano que insistió en el tema, el vicepresidente para Asuntos de Defensa y Seguridad Ciudadana le contestó que los militares son quienes menos aman la guerra y quienes saben mejor que nadie que existen medios más eficaces que las armas para resolver los problemas.

El teniente general tuvo grandes elogios hacia el Pueblo vasco: «Este gran pueblo», afirmó, «que se merece lo mejor, porque participó siempre con gran tesón en todos los momentos importantes de la historia». Dijo que personalmente tiene muchas esperanzas que el próximo referéndum pueda ayudar eficazmente a resolver el problema vasco, sobre todo, «porque la gente ya está cansada». Afirmó que el Gobierno está haciendo todo lo posible para resolver cuanto antes el problema, un problema «que no se resolverá nunca con las metralletas».

A quien le preguntó si se esperaba un resultado con ETA como ha sucedido con los GRAPO, respondió que el problema es distinto, porque los GRAPO no tienen apoyo popular. Se trata sólo de una «juventud envenenada que no sabe lo que persigue. La ETA», explicó, «tiene otra historia y tuvo en el pasado un cierto apoyo».

Por lo que se refiere al problema de la OTAN, el vicepresidente reconoció que dentro del Ejército existen opiniones distintas y que se están haciendo estudios muy serios sobre el asunto, aunque, en definitiva, añadió, no toca al Ejército tomar una decisión.

Entusiasmo por Italia

Hablando de Italia, donde ha sido recibido por el presidente de la República, Sandro Pertini; por el presidente del Gobierno, Francesco Cossiga; por los ministros de la Defensa y del Interior, y por el presidente del Senado, Fanfani, así como por todas las altas autoridades militares, se demostró entusiasta. Dijo que había aprendido mucho de la tecnología italiana, y que le había impresionado sobre todo la actividad, la prestancia y la disciplina del arma de Carabineros. Por lo que se refiere al besamanos del Papa en la audiencia pública del miércoles, el teniente general Gutiérrez Mellado dijo con mucha sinceridad que cuando se acercó al Papa era tal su emoción que se le puso un nudo en la garganta y no pudo decirle nada: «El Papa me dijo con mucho cariño que bendecía a la querida España.»