La economía y el orden público, principales preocupaciones del nuevo Gobierno belga
Economía, regionalismo, orden público y relaciones exteriores fueron los cuatro pilares del discurso-programa presentado ante el Parlamento por el primer ministro belga, el socialcristiano flamenco Wilfried Martens. Un programa de gobierno, en definitiva, que debatirá hoy el Parlamento y casi seguramente aceptará con un voto de confianza, necesario para un Gobierno que, a los seis meses de entrar en funciones, peligra ante la frágil coyuntura económica. Los enfrentamientos entre flamencos y valones y los múltiples incidentes que alteraron el orden público estas últimas semanas en este país.Más de la mitad del discurso de Martens fue dedicado al análisis de la situación económica de Bélgica. Limitar la inflación (4,6% aquí, contra 10% de promedio en la CEE), estimular el empleo y sostener la paridad del franco belga, figuran como prioridades en un momento socioeconómico en el que Martens pide «solidaridad y aceptar una austeridad razonable». El déficit de la Seguridad Social y la limitación del gasto público serán otros dos objetivos para la coalición gubernamental, integrada por democristianos, socialistas y partidos regionalistas.
La reforma institucional belga, con la creación de tres regiones (Flandes, Valonia y Bruselas) y dos comunidades (flamencos y valones) será operativa a partir del próximo 1 de enero, como acordaron los principales partidos políticos. La reforma crea tensiones entre las dos comunidades étnicas de este país, sobre todo en relación con los «límites» lingüísticos que imperan para la creación de escuelas en lengua flamenca o francófona. Por último, los incidentes fueron protagonizados por, en muchos casos, grupos extremistas flamencos, organizados en «milicias» privadas de corte neofacista. «El Gobierno utilizará todos los recursos legales para neutralizar las milicias privadas», declaró el primer ministro.
En política exterior, el jefe del Gobierno belga limitó su alocución al apoyo de la nueva conferencia internacional para la ayuda económica al Zaire (ex Congo belga). A propósito de la posible instalación de nuevos misiles nucleares en territorio belga, Martens declaró que el Gobierno todavía no ha tomado una postura concreta. Varias organizaciones pacifistas belgas denuncian el peligro para la población de la instalación en Bélgica de misiles Pershing-2, arma nuclear con la que los países miembros de la OTAN esperan contrarrestar el potencial nuclear soviético que amenaza a Europa, los misiles SS-20.
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