La izquierda revolucionaria salvadoreña está muy dividida
Hay un aspecto en la confusa situación política salvadoreña que contribuye bien poco a clarificar las posiciones de las partes enfrentadas: la enorme proliferación de siglas, pertenecientes a otros tantos grupos revolucionarios. El Bloque Popular Revolucionario (BPR) acapara la atención de manera preferente, sobre todo por sus espectaculares acciones de toma de embajadas, ocupación de templos y enfrentamientos con la policía de El Salvador.El organigrama de las principales organizaciones de oposición clandestina es el siguiente:
- Fuerzas Armadas de Resistencia Nacional (FARN). Tiene más de quince años de existencia. Su acción se centra fundamentalmente en secuestros de personalidades extranjeras, con los que obtienen resonancia exterior y fuertes rescates.
- Fuerzas Populares de Liberación (FPL). Toman el nombre de Farabundo Martí, campesino muerto hace una década. Sus acciones están dirigidas contra personalidades e instalaciones simpatizantes o colaboradoras del Gobierno. Este grupo reivindicó, entre otros, el asesinato del ministro de Educación salvadoreño, Carlos Herrera.
- Ejército Revolucionario Popular (ERP). Es uno de los menos activos. Ha reivindicado la colocación de algunas bombas contra objetivos militares.
- Frente de Acción Unida (FAU). Algunas fuentes lo consideran disuelto. Su acción más espectacular fue la ocupación de la embajada de México en Sal Salvador, en enero de este año. Durante dos días retuvieron allí a unos noventa rehenes.
- Frente de Acción Popular Unificado (FAPU). De extracción fundamentalmente campesina, ha dedicado la mayor parte de su actividad a tareas de propaganda.
Todos estos grupos son de inspiración marxista-leninista. Existe muy poca coordinación entre ellos.
El Bloque Popular Revolucionario (BPR), que se ha distinguido como el más activo en los últimos tiempos. Este grupo nació en diciembre de 1975, como consecuencia de los enfrentamientos producidos en la universidad salvadoreña entre los estudiantes y la policía. En aquella ocasión, los universitarios recibieron apoyo de otras organizaciones políticas, y de ahí surgió la idea de formar un frente común.
En la actualidad integran el bloque los siguientes grupos:
- Federación de Trabajadores del Campo, surgida de la fusión de la Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños (Feccas) y la Unión de Trabajadores del Campo (UTC).
- Universitarios Revolucionarios 19 de Julio. Fuerzas Universitarias 30 de Junio. Movimiento Estudiantil Revolucionario.
- Unión de Pobladores de Tugurios.
- Asociación Nacional de Educadores (antes, 21 de Junio).
- Comité Coordinador de Sindicatos, que agrupa a 33 agrupaciones gremiales.
El BPR se considera revolucionario, anticapitalista, antioligárquico y intiimperialista. Se declara marxista-leninista y busca su esencia en el papel que pueda jugar en la estrategia de guerra popular prolongada. Rechaza el sistema democrático para la consecución de sus fines.
En el otro polo de los planteamientos aparecen dos organizaciones ultraderechistas, más o menos auspiciadas desde el Gobierno del general Romero. Una de ellas, la más activa, es la Organización Democrática Nacionalista (Orden), cuya actividad es más patente en el campo. Muchos agricultores, sospechosos de pertenecer a organizaciones revolucionarias, han sido muertos por esta organización, armada por el Gobierno, y receptora de innumerables privilegios oficiales.
La Unión Guerrillera Blanca también se distingue en su lucha contra todo lo que suena a izquierdismo. Aunque sus orígenes son más confusos, algunas fuentes señalan que es un subgrupo del Orden, empleado en las acciones más sucias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.