Douglas Cooper. "Juan Gris le prepara el terreno al Guernica» en el Prado"
Entrevista con el historiador y coleccionista del cubismo
Como se informó recientemente, un importante cuadro de Juan Gris -el Retrato de Josette, de 1916- ha sido donado al Museo del Prado por Douglas Cooper. Durante su estancia en Madrid, el célebre historiador del arte y coleccionista inglés ha mantenido conversaciones en torno al centenario de Picasso, y ha sido designado miembro del patronato del Prado. dialogó con él.
Douglas Cooper ha dedicado su vida a estudiar a los cubistas y a coleccionar sus obras. Posee una importante colección de Picasso, Braque, Juan Gris y Léger. Hacia a mitad de los años cincuenta se estableció en Provenza, en una mansión dieciochesca, que pronto llamarían algunos «Le château des cubistes». En la actualidad, reside en Montecarlo. Como historiador del arte, insiste mucho en que no posee títulos universitarios, sino una formación al pie del cañón, al contacto de los talleres. Sus libros rezuman, sin embargo, rigor. Aparte de una obra de referencia, como The cubist epoch, ha escrito algunas monografías (sobre Léger, sobre Picasso, sobre Juan Gris), y ha sido comisario de numerosas exposiciones en tomo al cubismo.Pregunta: ¿De quién provino la iniciativa de que un cuadro de Gris entrada en el Prado?
Respuesta: La idea fue mía. Se la comuniqué al entonces director del museo, Xavier de Salas. Este se mostró muy receptivo, pero había que asegurar bien las cosas antes de tomar una decisión. Esperé a que cambiaran las circunstancias políticas. La llegada de Javier Tusell a la Dirección General facilitó bastante los trámites, pues me parece una persona que entiende muy rápidamente las cosas.
P. ¿Qué efecto le ha producido ver su Juan Gris en el Prado?
R. Ya era hora de que Madrid, de que el Prado, tuvieran un Juan Gris importante. Juan Gris es para mí un amor especial. Es el único gran pintor madrileño de la historia. He escrito un libro sobre él, que se titula: Juan Gris o el gusto por lo solemne; he publicado el catálogo de su obra completa; he editado su correspondencia. Poseo aún ocho cuadros de él, aparte de numerosos dibujos.
P. ¿Qué puede decir, en concreto, del retrato que ha donado?
R. Es una de sus obras maestras. El modelo es Josette, su mujer -que tiene 85 años, y sigue viviendo en París- Precisamente ante este cuadro, le dije en una ocasión a Picasso: «Es tan bueno como un Zurbarán.» ¿Sabe lo que me contestó Picasso? Me dijo: «No, el Juan Gris es mejor.» Me emociona bastante que hoy el Gris esté colgado en el mismo museo que alberga a Zurbarán y a otros maestros del pasado.
P. ¿Existe alguna relación entre la entrada del Juan Gris y la del Guernica?
R. Esa fue un poco mi idea. Me pareció que no tenía mucho sentido que el Guernica estuviera solo en el Prado. Pienso que el Retrato de Josette le prepara el terreno. Además, de aquí al centenario de Picasso queda más de un año; me parece tiempo suficiente para que se tomen otras medidas en el mismo sentido.
P. ¿A usted le parece que la pintura moderna tiene cabida en el Prado?
R. El edificio del Casón me parece adecuado para ello. Tiene una luz excelente, salas amplias, y un acceso y salida muy fáciles para grandes muchedumbres. No me extrañaría que, cuando el Guernica esté expuesto, durante los primeros meses desfilarán de cuarenta a cincuenta mil personas diarias. La ampliación de las colecciones, de manera a dar cabida en ellas al arte moderno, me parece fundamental. Lo que queda por determinar es de qué manera sería posible.
P. ¿No cree usted que se plantearían conflictos con el Museo Español de Arte Contemporáneo?
R. Bueno, ese es un problema español, no un problema mío. Por lo demás, ya se verá. El Museo Español de Arte Contemporáneo me parece utilísimo para enseñar lo que hacen ahora mismo los artistas. En el Prado, en cambio, hace alta una cierta distancia. Digamos unos cincuenta años. Se trataría de no dar pasos en falso; de ampliar, pero al mismo nivel de calidad.
P. Y en cuanto al homenaje español a Picasso, ¿qué sería posible hacer?
R. Del tema he hablado largamente con Tusell. En mi opinión, Madrid debe hacer algo muy original y muy independiente. Por de pronto, está la entrada del Guernica en el Prado. Era el gran sueño de Picasso. Todo lo que se le añada podrá ser muy bonito, pero no es necesariamente necesario. No tendría sentido pensar en una retrospectiva monstruo, porque todos los Picassos del mundo estarán bloqueados para esa fecha, si no lo están ya. En fin, yo tengo una idea, una idea bastante hermosa; no puedo desvelarla aún.
P. ¿Piensa usted que sería posible organizar la gran retrospectiva Juan Gris, que aún no se ha visto en Madrid?
R. Seria perfectamente posible, y yo, por supuesto, contribuiría con mucho gusto a que se hiciera realidad. Pero ahora lo que está pendiente, insisto en ello, es la llegada del Guernica, el centenario de P¡casso. No hay que mezclar las cosas. El centenario debe ser como un monumento.
P. ¿Qué ha representado para usted el coleccionar a los cubistas?
R. Empecé a coleccionar pintura alrededor de 1932. Al año siguiente, conocí personalmente a Picasso y a Braque. Lo que más me interesaba entonces, lo que más me sigue interesando hoy, es el cubismo. Ser coleccionista es formar parte de una pandilla de fieles, ser devoto de unos pocos artistas. He podido comprar otros nombres (Miró, Matisse, Klec, Stael), pero la esencia del arte moderno me parece el cubismo.
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