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Aumentan las demandas de separación con vistas al divorcio

La futura ley del divorcio no sólo ha originado polémica y discusión, también ha generado esperanza y ha comenzado a movilizar a muchos de los que piensan beneficiarse de ella. Sin conocer exactamente el contenido del proyecto que prepara el Gobierno, y mucho menos los términos en que la ley será finalmente aprobada por el Parlamento, muchos matrimonios en conflicto se han apresurado a acudir a los tribunales eclesiásticos para obtener una sentencia judicial de separación.

GORSegún parece, una de las vías que la futura ley prevé para obtener el divorcio es la previa separación por mutuo consentimiento durante un año, tras la correspondiente sentencia judicial. Las parejas que acuden en demanda de separación a los tribunales eclesiásticos quieren estar técnicamente preparadas y con su resolución judicial de separación bajo el brazo, para el momento en que entre en vigor la ley del divorcio. Este camino ha sido facilitado de hecho en los últimos meses por los tribunales eclesiásticos españoles, y concretamente por los más importantes de Madrid y Barcelona, al establecer un proceso sumarísimo de separación, con plazos que no exceden de 46 días en total, al que pueden acogerse, entre otros, los cónyuges que aleguen como causa de separación la molesta cohabitatio o la imposibilidad de la vida en común.El aumento de demandas de separación comenzó a notarse justo antes del verano y no ha remitido desde entonces. El fenómeno ha podido observarse no sólo en los tribunales eclesiásticos de Madrid o Barcelona, sino en los de otras diócesis más pequeñas. En los tribunales eclesiásticos de Madrid, las demandas de separación alcanzan en estas fechas la cifra de 3.000, frente a las 2.000 presentadas a lo largo de 1978. Los abogados matrimonialistas relacionan la aparición del fenómeno con el momento en que comienzan a conocerse algunos aspectos concretos de la futura ley de divorcio, entre ellos, la posibilidad de obtener el divorcio tras un período de separación previa por mutuo consentimiento homologado por sentencia judicial.

Cuando comenzó a vislumbrarse la posibilidad de esta vía divorcista, numerosos matrimonios en conflicto comenzaron a acudir a los tribunales eclesiásticos, con la intención de conseguir una resolución judicial de separación y, en su día, poder presentarla ante los tribunales civiles para obtener el divorcio. «Esta vía también la están utilizando actualmente muchas parejas que se separaron hace años por acuerdo amistoso ante notario y que ven ahora la posibilidad de arreglar legalmente su situación», comenta un abogado matrimonialista.

Separación por mutuo consenso ante la Iglesia

Lo que comenzó a vislumbrarse hace meses, ahora parece que es cierto, según los extractos publicados del proyecto de ley de divorcio que prepara el Gobierno y algunas declaraciones oficiales sobre el tema. El divorcio en España no será fácil, al estilo americano, como algunos malintencionados siguen intentando hacer creer a la opinión pública o como algunos ingenios pudieron creer por propio interés en los primeros momentos de plantearse públicamente la cuestión. Para obtener el divorcio en España serán necesarios ciertos requisitos, y nada se sabe por ahora del procedimiento, que guarda en secreto celosamente el Gobierno, y que si es largo y costoso puede ser para muchos una barrera insalvable. Entre los requisitos que se anuncian, uno es la previa separación durante un año por mutuo acuerdo de los cónyuges mediante sentencia judicial. El texto que se conoce del proyecto de ley de divorcio, cuya remisión al Congreso estaba prevista en este mes, pero que parece ha sido aplazada por el Gobierno a finales de noviembre, recoge esta posibilidad. La valancha ante los tribunales eclesiásticos para obtener una sentencia judicial de separación no se ha hecho esperar. Esta avalancha se ha visto facilitada por las normas flexibles sobre separación conyugal dictadas hace algunos meses por la Iglesia. En Madrid, mediante un decreto de la vicaría judicial de 26 de marzo pasado; en Barcelona, con anterioridad.Según estas normas, por las que se establece un procedimiento sumarísimo, cuyos plazos suman en total 46 días, para resolver demandas de separación conyugal, dicho procedimiento podrá seguirse «cuando el motivo aducido para demandar la separación conyugal sea el de la molesta cohabitatio o el de la imposibilidad de la vida en común y las partes pidan expresamente el procedimiento sumarísimo».

Esta vía de separación judicial por mutuo consentimiento, sin declaración de culpable, admitida por los tribunales eclesiásticos, ha sido acogida con enorme satisfacción por los abogados matrimonialistas y, sobre todo, por lo que la han utilizado o están en trámites de utilizarla. Los abogados matrimonialistas consultados sobre las ventajas de este procedimiento son unánimes: «Todas las partes ganan con este procedimiento. Los tribunales eclesiásticos no pierden económicamente, sino todo lo contrario, pues las tasas siguen siendo las mismas que las del proceso ordinario y el número de demandas ha aumentado. El trabajo de los jueces se reduce, pues los demandantes llegan a ellos con el acuerdo preparado en todos sus detalles, y los cónyuges están felices por haber podido eludir un proceso siempre traumático, a veces violento, en el que es necesario hallar un culpable.»

Cuando se indaga sobre las razones que hayan podido inducir a la Iglesia a la adopción de normas tan flexibles sobre la separación conyugal, las respuestas son confusas y ninguna se atreve a apuntar un motivo claro. Todas las respuestas, sin embargo, recuerdan que históricamente está demostrada la capacidad de adaptación de la Iglesia.

Prosiguen las entrevistas de Cavero en Roma

El ministro español de Justicia, Íñigo Cavero, se entrevistó ayer en Roma con monseñor Silvestrini, secretario del Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia, al igual que lo hizo el viernes con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Casaroli, informa Efe.Hoy, el señor Cavero será recibido por el Papa, junto con la misión española que acude a la beatificación de Enrique d'Osso y Cervello.

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