Quince horas duró la sublevación militar boliviana
La sublevación militar de Trinidad, a 650 kilómetros al noroeste de la capital boliviana, terminó en la noche de ayer tras quince horas de rebelión.
El ministro del Interior boliviano, Jaime Aranibar, informó ante el Congreso Nacional del desarrollo de la rebelión, que culminó con el repliegue de las tropas sediciosas a sus cuarteles.
La rebelión no provocó víctimas y la rendición se llevó a cabo mediante conversaciones entre militares insurgentes y los enviados del Alto Estado Mayor boliviano a Trinidad.
Desde un primer momento, los partidos políticos y amplios sectores de la sociedad manifestaron su oposición al levantamiento. Por su parte, el Gobierno de La Paz lo calificó como un hecho aislado y solicitó a las autoridades militares que inicien una investigación para aplicar sanciones a los responsables.
Por otra parte, ayer se concretó una reforma gubernamental, cambiando de titular los ministerios de Minería y la Secretaría General de Prensa e Información. Asimismo, el presidente Guevara aprovechó el reajuste para revitalizar el Ministerio de Bienestar Social, que se creó recientemente.
La intentona ocurrida el jueves en Bolivia contra el incipiente proceso democrático «no desestabilizará al país», declaró ayer, en México, el ex presidente boliviano Víctor Paz Estenssoro.
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