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Funcionarios de Herrera de la Mancha denuncian las palizas a los presos

«En la prisión de Herrera de la Mancha se han venido produciendo palizas y vejaciones a los presos de manera sistemática desde el 18 de junio hasta finales de septiembre. Los responsables son un grupo de funcionarios muy cercanos al director de la cárcel, Santiago Martínez Motos, que controlan la prisión. Las primeras palizas tuvieron lugar a la llegada de las conducciones de presos de los días 18, 22 y 28 de junio, en presencia del director del centro», declaró ayer al mediodía un grupo de funcionarios de la prisión de alta seguridad de Herrera de la Mancha.

«Pedimos que el poder judicial cite a declarar uno a uno a todos los funcionarios de Herrera de la Mancha, para esclarecer lo que ha venido sucediendo en la prisión. Creemos que al menos unos treinta de nosotros estaríamos dispuestos a contar quiénes han sido los funcionarios que han maltratado a presos y cuáles son los presos que han sufrido malos tratos. Esta investigación tiene que ser hecha con garantías, y es por ello por lo que pedimos que se realice fuera de los cauces propios de la Inspección de Prisiones y se cite a declarar a los funcionarios uno por uno. Nuestra experiencia indica que querer aclarar las cosas en las prisiones acarrea todo tipo de problemas», agregó uno de los funcionarios.«Las palizas propinadas a los presos a su llegada han sido totalmente indiscriminadas. Luego se ha ido eligiendo a las víctimas según su pasado, y se han propinado también malos tratos en la sala en la que se les toman las huellas dactilares e incluso en las mismas celdas. Los golpes se propinan de varias formas: se utilizan las porras y también las patadas. Hay algunos funcionarios que mojan sus porras para evitar que se resquebrajen y rompan durante las palizas», añadieron los funcionarios.

«Según los principios de la ley Penitenciaria, Herrera de la Mancha no tiene sentido. Cualquiera que pase por allí está condenado a volverse loco. A niveles psiquiátricos, este sistema tiene que estar masacrando a los presos. En Herrera de la Mancha no hay equipo técnico: no hay asistentes sociales, sólo un maestro. Por no haber, no hay ni párroco. Los reclusos no han podido asistir a misa ni tan siquiera el día de la Merced (patrona de las prisiones).»

Los funcionarios entregaron a la prensa un comunicado en el que, entre otras cosas, se afirma: «En relación con las comunicaciones entre abogados y presos, que han empezado a tener lugar desde hace quince días, debemos informar que, en algunos casos, los presos no son avisados de la visita, aunque luego el funcionario explique al abogado que el preso no quiere comunicar con él. Cuando las comunicaciones tienen lugar, los presos son advertidos antes de la entrevista sobre la conveniencia de no hablar del régimen de la prisión. En muchos casos, los presos se han visto obligados a firmar por escrito rectificaciones de lo que habían denunciado.»

«La situación de Herrera es la más grave, pero no la única. En otras cárceles, como Burgos, Barcelona y Ocaña, también se vienen produciendo abusos. La inspección de la Dirección General sigue siendo inoperante y controlada por los mismos hombres de siempre. Es intolerable que a todos los funcionarios de prisiones se nos juzgue por el comportamiento de un grupo de desaprensivos que se ampara en la impunidad de su función y en la pasividad cómplice de ciertas jerarquías», concluyeron los funcionarios.

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