Más de medio millón de valencianos participaron en los actos de la "Diada"
Unas 600.000 personas participaron este fin de semana en los distintos actos autonomistas convocados en Valencia para celebrar la histórica fecha del 9 de octubre, que conmemora la conquista de la ciudad por Jaime I. Las distintas convocatorias de la Diada transcurrieron con normalidad, a pesar del ambiente de crispación que hacía prever posibles enfrentamientos entre las diferentes posiciones que las fuerzas políticas y culturales mantienen sobre el proceso autonómico.
Mientras la manifestación del sábado por la tarde, promovida por la Coordinadora de Entidades Culturales del Reino de Valencia, consiguió reunir a numerosas decenas de miles de personas en torno a la senyera con franja azul, y en favor de una autonomía al margen de los partidos, la masiva comitiva que recorrió la ciudad la tarde del domingo movilizó a los militantes de la izquierda y de las centrales sindicales de acuerdo con el llamamiento realizado por sus fuerzas políticas mayoritarias (PSPV-PSOE y PCPV-PCE), por los sindicatos con mayor implantación: CCOO, UGT, USO, CSUT y SU, y por la mayoría de los ayuntamientos, bajo la consigna de «queremos el Estatuto ahora».La tercera concentración de signo radical se llevó a cabo en el recinto cerrado de la plaza de toros, respaldada por partidos de la izquierda extraparlamentaria (MC y PSAN), entidades culturales y nacionalistas independientes. La convocatoria seguía la tradición de los aplecs iniciados hace veinte años por el valencianismo antifranquista.
El significado de la movilización en favor de la autonomía ha sido valorado de forma distinta por los tres partidos mayoritarios consultados por EL PAÍS. El senador del PSOE Alfons Cucó comentó que había sido un ejemplo de que el pueblo valenciano puede manifestarse masiva y civilizadamente sin histeria. «Creo que no se ha profundizado la división en nuestro pueblo con este 9 de octubre. Al contrario, se facilita el camino para que el Estatuto obtenga el respaldo de la gran mayoría del pueblo.»
En el mismo sentido se manifestó el secretario general del Partido Comunista del País Valenciano-PCE, Ernest García, quien afirmó: «Ha quedado claro que la gran mayoría del pueblo, tanto los que se manifestaron como los que se quedaron en sus casas, no quieren entrar en el juego de las histerias. También ha quedado claro que en los temas políticos importantes la izquierda va a mantener una colaboración.» Reiteró la necesidad inaplazable, después de este refrendo popular, de una negociación real entre los tres partidos parlamentarios sobre el contenido del Estatuto y renegociación de la distribución de competencias del Consejo, que concluya con un compromiso para ganar el referéndum.
UCD, en contra
UCD ha sido la gran ausente en la fiesta autonómica al no respaldar ninguna de las manifestaciones, por no considerar oportuno las movilizaciones masivas en el marco de la actual polémica autonómica. «El abismo entre las posiciones encontradas en torno a la autonomía se ha profundizado más con la movilización de este fin de semana», manifestó el senador Manuel Broseta, secretario regional del partido centrista; «políticamente me parece grave, máxime cuando se dice que se quiere un estatuto de consenso.» El dirigente ucedista calificó de error político «ahondar la división en los temas de los símbolos», así como tomar las calles de Valencia, «Cuando los partidos y el Consejo deben llevar la autonomía a las comarcas para fortalecerla y evitar un nuevo centralismo».La manifestación en apoyo de la senyera con franja azul se caracterizó por eslóganes contrarios al presidente, Albiñana, y a la bandera cuatribarrada del gobierno preautonómico. La comitiva que salió de las Torres de Serranos iba encabezada por un grupo de jóvenes vestidas con el traje regional, que sujetaban una senyera con el eslogan «Somos valencianos», y a continuación, los representantes de la coordinadora convocante. A los pies de la estatua del rey Jaime I se leyó un manifiesto que reafirmaba la defensa de los símbolos y la lengua valencianos. «Queremos el Consejo como entidad que defienda los intereses del pueblo valenciano, la máxima libertad para todas las ideas políticas que, basadas en un respeto mutuo, respeten la historia; queremos la unión de las 32 comarcas naturales de Castellón, Alicante y Valencia », decía, entre otros postulados, el texto de la Coordinadora.
La izquierda
La manifestación de la izquierda y centrales sindicales iba encabezada por todos sus dirigentes y ayuntamientos, así como autoridades más representativas, presidentes del Consejo y Diputación de Valencia y alcaldes de Valencia, Castellón y Alicante, que portaban una senyera. cuatribarrada de grandes dimensiones. La columna recorrió un trayecto, durante hora y media, desde la plaza de San Agustín a la plaza de América, donde fue leído un parlamento unitario en favor de un estatuto de autonomía para «los hombres y mujeres que viven y trabajan en el País Valenciano, para salir de la opresión y marginación centralistas y frente a fantasmas confusionistas que no quieren la autonomía.»Se calificó el amplio respaldo obtenido de «un paso más en el camino de la reconstrucción nacional», y el acto concluyó con el canto de La Muixeranga, composición popular reivindicada por la izquierda nacionalista, y de La Internacional. Los eslóganes más repetidos fueron «País Valenciá lliure», «Volem la bandera del Consell», «Volem l'Estatut».
La concentración en la plaza de toros contó con la presencia de oradores políticos de Cataluña, islas Baleares y País Valenciano, en cuyo nombre habló el socialista independiente Vicent Ventura, quien poco después manifestaría a EL PAÍS que «no se trataba de configurarnos como la alternativa nacionalista a la manifestación de la izquierda a la que asistí. Pero queremos mantener el fuego sagrado del valencianismo antifranquista y marcar metas más allá de los partidos parlamentarios».
El cómputo global de las tres movilizaciones supera la cifra de las 600.000 personas, tras confrontar los datos ofrecidos por los servicios de organización con las mediciones realizadas por los medios informativos que cubrieron los actos. Los organizadores de la manifestación de la senyera facilitaron la cifra de 250.000 asistentes, mientras la convocatoria de la izquierda, según la mesa de partidos, congregó a 600.000 y el mitin de la plaza de toros, a 30.000 personas.
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