Una dictadura, según Havemann
El más conocido disidente del interior de la República Democrática Alemana (RDA), el profesor Robert Havemann, se sumó a las conmemoraciones del trigésimo aniversario a su manera, haciendo llegar a Occidente un manifiesto en el que solicita el levantamiento de las restricciones a la libertad de expresión y critica el sistema represivo.Havemann admite que «la dominación de clase ha sido eliminada de la RDA», pero «la dictadura del aparato central del partido, que no está sometido a ningún control democrático, persiste hasta el momento en los países del socialismo real».
El profesor, antiguo combatiente antifascista, añade que «los derechos fundamentales fueron suprimidos en la Constitución de 1968» (derecho de huelga y de quejas contra los organismos del Estado), haciendo del Partido Socialista Unificado (comunista) «el partido del Estado».
Havemann piensa que la RDA se considera «amenazada por un gran número de enemigos. Así el muro siempre está escoltado, pues se desconfía de una huida masiva como la,
«La represión de toda crítica», dice el disidente, defendido por el abogado español Enrique Gimbernat, «fuera de la expresada en los órganos del Estado, las medidas de represión contra los escritores críticos, la falta de cualquier oposición en la Cámara del Pueblo, la inexistencia de órganos de prensa independientes o críticos (...)», todo eso da a entender el temor de las autoridades de la RDA.
El disidente menciona a los partidos eurocomunistas, cuyo proyecto dice compartir Havemann. «Es necesario», dice, «mantener por un tiempo el aparato del partido y del Estado, pero debe ir acompañado de un amplio control democrático. »
Havemann concluye diciendo que el «capitalismo ha entrado en su fase final. Muy pronto no habrá soluciones pacíficas para sus problemas». Se refiere al paro, inflación, etcétera.
«Todo eso», dice, «en un universo que está preparado a la perfección para una sola cosa: su autodestrucción en un conflicto nuclear. En esta coyuntura, el socialismo es nuestra única esperanza. Pero esto no quiere decir que debamos esperar pacientemente. Aquí y ahora es necesario comenzar la realización del gran sueño socialista.
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