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Paro nacional de ferrocarriles

Por tercera vez en los últimos dos años, hoy quedarán suspendidos los servicios ferroviarios a consecuencia de una protesta laboral. Las divergencias entre la dirección de Renfe y los representantes de los trabajadores sobre revisión salarial y cumplimiento del convenio vigente han motivado el llamamiento a un paro de cuatro horas -desde las ocho a las doce de la mañana-, realizado por el comité de empresa y por las centrales CCOO y UGT.Esta pugna, dado el carácter de empresa pública deficitaria de Renfe, su dimensión nacional y la amplitud de su plantilla (70.000 trabajadores), trasciende el marco estricto de la empresa y se convierte en un auténtico pulso entre los sindicatos y la patronal y el Gobierno de cara a la campaña general de revisiones salariales.

En caso de que el conflicto no se resuelva y los trabajadores convoquen una nueva huelga de ferrocarriles, el Gobierno podría recurrir a un decreto de servicios mínimos que garantice una prestación de los más esenciales, según anunció ayer el secretario de Estado para la Información.

Los ferrocarriles, paralizados por un conflicto laboral

El comité de empresa de Renfe exigió de la dirección el cumplimiento de la revisión salarial prevista en el convenio, al haber superado el índice de precios al consumo en el primer semestre el 6,5% fijado como tope por el Gobierno. Frente a esta pretensión, la dirección de Renfe plantea que ha consultado a los organismos competentes y que los mismos han confirmado que la empresa se encuentra afectada directamente por el decreto gubernativo del mes de agosto, que excluye de la revisión salarial a aquellas empresas que percibieron subvenciones públicas para cubrir déficit de explotación.Los trabajadores contraargumentan que con motivo de la firma del convenio vigente, que tuvo lugar el 16 de enero, el propio vicepresidente económico del Gobierno, Fernando Abril, reconoció las peculiaridades de Renfe, y en base a los costes sociales que soportaba su explotación se excluyó a esta empresa del cumplimiento del tope del 11 % fijado por decreto para incrementos salariales en las empresas del sector público.

En esta ocasión, sin embargo, el vicepresidente Abril ha manifestado a dirigentes sindicales que el Gobierno no iba a transigir en el incumplimiento por Renfe del decreto de revisión salarial de agosto y que no había lugar a nuevos incrementos. El titular de Transportes, con anterioridad, se había mostrado dispuesto a llevar el asunto a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos.

Fuentes de los trabajadores, en conversaciones con EL PAIS, insistieron en su voluntad negociadora y explicaron que, incluso en este tema, podrían encontrarse fórmulas del tipo de una única paga compensatoria procedente de alguna de las partidas económicas previstas y no gastadas por Renfe.

Las restantes divergencias dirección-trabajadores se refieren al cumplimiento del convenio vigente. Los trabajadores acusan a la empresa de incumplir la ampliación de plantillas, en tanto que Renfe asegura que el convenio no recoge ningún acuerdo expreso sobre incorporación de nuevo personal. Asimismo, los representantes de los trabajadores afirman que la empresa demora la clasificación de categorías y pluses, a lo que fuentes de Renfe responden reconociendo el retraso, pero explicando que el mismo se acordó para una mayor participación de los grupos afectados y que, en todo caso, la empresa está dispuesta a interrumpir esta participación y cumplimentar los plazos si el comité de empresa lo considera preferible.

Fuentes de Renfe rechazan también las acusaciones sobre demora en la puesta en vigor de las primas de producción, ya que el comité de empresa -afirman- se opuso al sistema propuesto por la empresa. En cuanto a traslados y ascensos, la empresa asegura que lo pactado en convenio ha sido cumplido.

El paro previsto para hoy es el tercero que tiene lugar, en el plazo de dos años, en la historia de Renfe. El primero, que paralizó los trenes durante dos horas, tuvo lugar el 24 de septiembre de 1977, y el segundo, una huelga de veinticuatro horas, se realizó el 11 de enero de este año con motivo de las negociaciones del convenio vigente. La firma del mismo, el 16 de enero, supuso la desconvocatoria de una nueva huelga de veinticuatro horas prevista para el día 17 del mismo mes.

El paro de hoy, que está convocado a nivel nacional, no afectará. a los trenes de cercanías de Asturias. Las centrales sindicales, ante la grave situación de desabastecimiento e incomunicación que padece aquella provincia debido a la larga huelga de los patronos del transporte por carretera, han considerado oportuno desconvocar el paro y no contribuir con el mismo a agudizar los problemas. En el resto del país, según anunció la dirección de Renfe, todos los trenes que se encuentren en circulación a las ocho de la mañana se detendrán en la estación más próxima hasta después de las doce del mediodía. También han quedado suspendidos todos los servicios cuyas salidas estuvieran previstas durante el período que dura el paro y los de cercanías con llegada prevista posterior a las ocho de la mañana. La suspensión afecta a veinticuatro trenes que no saldrán de sus estaciones de origen.

La preparación de esta tercera huelga, según algunas fuentes laborales, ha sido más deficiente que en los paros anteriores, y se han producido protestas por parte de algunos trabajadores que se han enterado de la convocatoria del paro por los periódicos y no por asambleas en centros de trabajo.

Para mañana está prevista una nueva reunión trabajadores-dirección, y hasta que no se conozca la dimensión de la acción de protesta prevista para hoy y los resultados del encuentro con la patronal no se plantearán nuevas medidas. El comité de empresa insiste en la previa consulta a los trabajadores antes de tomar ninguna nueva actitud. Fuentes de CCOO no ocultan que los resultados de la concentración nacional que ha programado para el día 14 podrían influir en la marcha del conflicto de Renfe en alguna medida, y UGT trata de desligar de forma clara ambas acciones.

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