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Suárez: "Hay motivos internos que requieren mayor atención que el viaje a América"

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, contestó ayer en los pasillos del Congreso -adonde se trasladó para asistir al Pleno de la Cámara- a una pregunta de EL PAÍS sobre la suspensión de su viaje a América con estas palabras: «El viaje se podía suspender. Hay motivos internos que requieren mayor atención.» Poco después, el señor Suárez se reunió con el líder socialista, Felipe González, durante cerca de una hora. El ambiente detectado en los pasillos del Congreso y en el propio hemiciclo reflejaba la gravedad de la situación.

La sesión parlarrientaria se inició con unas palabras del presidente de la Cámara, Landelino Lavilla, quien expresó el dolory la condena de los diputados ante el atentado que costó la vida al gobernador militar de Guipúzcoa y que valoró como un ataque a las instituciones. « Esta Cámara», añadió, «dará su mejor ejemplo al cumplir responsablementesu función, sobreponiéndonos al dolor.»

Al comienzo de la sesión, la cabecera del banco azul se encontraba vacía. Ni el presidente Suárez ni el vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado, estaban presentes, y tampoco los ministros de la Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, ni del Interior, teniente general Ibáñez Freire. Poco antes de las cinco de la tarde, cuando se iniciaba la primera intervención del vicepresidente segundo, Fernando Abril, llegó al palacio del Congreso el señor Suárez, quien hizo la breve declaración citada y se disculpó con los informadores para dirigirse a su escaño.

La presencia de la bandera de España, hasta ahora ausente del hemiciclo, no pasó inadvertida a los diputados. La bandera, de grandes dimensiones, aparecía situada detrás de la presidencia, a la derecha. Fuentes próximas al presidente de la Cámara explicaron, a requerimiento de EL PAÍS, que se trataba de un acuerdo de la Mesa adoptado hacía tiempo y que no se había podido cumplir antes por no contarse en la Cámara con bandera constitucional -las existentes tenían el escudo que omite el artículo cuatro de la Constitución, al describir la bandera de España hasta que habían sido confeccionadas las que se encargaron.

La atención política, al margen del desarrollo del Pleno, estuvo a primera hora de la tarde en los pasillos, en donde los informadores siguieron los movimientos de los principales líderes. Poco antes de las seis de la tarde, Adolfo Suárez y el presidente del Grupo parlamentario Socialista, Felipe González, se reunieron a solas durante casí una hora en la antesala del salón de ministros. El señor Suárez mostraba ademán severo y, en ocasiones, crispado. Al término de la reunión manifestó a los informadores que el encuentro era uno más de los habitualmente mantenidos y que habían intercambiado impresiones sobre la situación política actual. Por su parte, Felipe González confirmó el carácter de la entrevista y ofreció su opinión sobre la suspensión del viaje presidencial a América. Consideró prudente la decisión, motivada -«todos lo sabemos», dijo- en la situación actual. «Ahora tengo la información, aunque no es prudente revelarla, porque yo soy el receptor de la misma», y añadió: «pero creo que no se debe exagerar nunca la gravedad de una situación.»

Entre otros indicadores del difícil momento político, EL PAÍS pudo saber de fuentes parlamentarias comunistas que la inicial oposición del Grupo Comunista a la convalidación de los decretos-leyes sobre regulación del referéndum sobre los Estatutos vasco y catalán se convertiría en votación favorable, a pesar de considerar que el procedimiento era contrario a la Constitución.

Pese a que el orden del día contenía un punto de gran importancia -el debate sobre el programa económico del Gobierno-, en los pasillos del Congreso sólo se hablaba de las repercusiones de los últimos atentados de ETA y de la reunión mantenida el pasado domingo en la Moncloa por el presidente del Gobierno y altos mandos de las Fuerzas Armadas. Entre los parlamentarios, al margen de su adscripción partidista, predominaban el desánimo y la inquietud. «El domingo pasado, el país atravesó por momentos graves, pero ya han sido superados», manifestó un destacado diputado de Unión de Centro Democrático (UCD), para quien resulta revelador que tres altos mandos militares, los tenientes generales Merry Gordon, González del Hierro y Milans del Bosch, hayan realizado, en un período de tiempo inferior a las 48 horas, declaraciones coincidentes en su contenido.

Según las opiniones recogidas por EL PAÍS, en medios parlamentario, preocupa el alcance político de dichas declaraciones y el hecho de que mandos en activo de las Fuerzas Armadas critiquen públicamente la actuación del Gobierno.

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