Fragmentos
Esta extraña coproducción franco-alemana está producida por el alemán Rolf Thiele -conocido realizador de pretenciosas y desgraciadas películas-, escrita por el italiano Ennio de Concini -autor, entre otros engendros, del guión de Salón Kitty (Tinto Brass, 1975)-, dirigida por el inglés David Hemmings -famoso actor inglés que tras producir algunas películas hace aquí su tercer intento como director- e interpretada por el inglés David Bowie -conocida estrella del rock británico- y una mezcolanza de actores alemanes, ingleses y norteamericanos. Al parecer, es la producción más cara hecha en la República Federal de Alemania después de la segunda guerra mundial y su primera versión duraba 147 minutos por su ritmo lento, pero los productores obligaron a Henimings a hacer una versión abreviada, de 105 minutos, que es la que se ha estrenado aquí y en todo el mundo con notable fracaso, dado que sigue siendo muy lenta y además su narración llega a ser incomprensible. No obstante, algunos fragmentos de esta historia de entreguerras, que cuenta la destrucción de un hombre y el nacimiento del nazismo en un tono de farsa con reminiscencias bretchianas, tienen un valor por sí mismas: la canción Schöner Gigolo-Armer Gigolo, susurrada por una Marlene Dietrich envuelta en velos; el número interpretado por Sydne Rome en el cabaret y el homenaje musical al gran coreógrafo Busky Berkeley.
Gigoló (Just a Gigolo)
Director: David Hemmings. Guionistas: Ennio de Concini, Joshua Sinclair. Intérpretes: David Bowie, Sydne Rome, Kim Novak, Marlene Dietrich, David Hemmings, Maria Schell. RFA-Francia, 1978. Locales de estreno: AIbéniz, Paz y Richmond
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.