Severas e inesperadas medidas energéticas en Italia

Con un decreto-ley inesperado, en menos de veinticuatro horas, el nuevo Gobierno del ex ministro del Interior, Francesco Cossiga, formado, por democristianos, liberales y socialdemócratas, ha lanzado sobre los italianos una verdadera lluvia de sacrificios y ha anunciado que vendrán más. Estos sacrificios van, desde el aumento del precio de la gasolina y de los demás derivados del petróleo a la disminución de las horas y grados de calefacción, al aumento de las tarifas eléctricas y telefónicas y a ciertas restricciones en el suministro de electricidad.

El presidente del Gobierno dijo al país, a través de la televisión: «Sé», dijo, «que son medidas impopulares, que pido duros sacrificios, pero estoy también convencido de la seriedad de los italianos, de su capacidad de comprender la crisis mundial que nos atenaza. No he querido esconder la cara porque sé muy bien que la gente desea que se le digan las cosas con claridad, aunque sean desagradables.»Concretamente, la gasolina ha subido a seiscientas liras, que son unas cincuenta pesetas el litro. El gasóleo para calefacción, que ya había sufrido una subida muy fuerte, aumentó otras ocho liras.

El decreto Cossiga ha eliminado también todos los cupones de gasolina para turistas. Los sindicatos de este sector han protestado inmediatamente, ya que «de este modo», afirman, «castigamos la mayor industria del país, que es el turismo».

Ha aumentado también de diecisiete liras el metro cúbico de metano y se han dado nuevas normas para ahorrar gasóleo en la calefacción el próximo invierno. El calor máximo para toda Italia será de veinte grados. La calefacción por ningún motivo podrá encenderse desde las once de la noche a las cinco de la mañana. Además, Italia ha sido dividida en seis zonas, para cada una de las cuales el Gobierno ha decretado el número de horas que podrá usarse la calefacción.

Restricciones eléctricas

Se ha anunciado también que, a partir del nuevo año, aumentarán las tarifas eléctricas, y que el techo de consumo llamado «faja social», que es un precio inferior de la electricidad para quienes poseen menor potencia, será abolido y que pagarán todos lo mismo, teniendo, como único criterio, la cantidad de energía que se consuma. A horas anunciadas, y por sectores, habrá cortes de luz durante el invierno. Otro aumento anunciado y que ha originado muchas críticas, incluso entre los sociólogos, es el del teléfono en las grandes ciudades. Se pagará, no la llamada telefónica, como ahora, sino según el tiempo empleado.