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La oposición marroquí modera la victoria sobre Argel en La Habana

Marruecos pudo pasar la prueba de la conferencia de los no alineados sin sufrir un nuevo revés diplomático de la envergadura del padecido en la cumbre de la OUA de Monrovia, según la opinión oficial más genealizada en Rabat sobre los resultados de la cumbre de La Habana.El primer ministro, Maati Buabid, que se había desplazado por primera vez a un foro internacional desde que asumiera el poder en marzo de este año, se mostró satisfecho de los resultados alcanzados por su delegación en Cuba. La prensa oficialista los ha descrito como «el triunfo sobre las maniobras de Argel».

Sin embargo, y a pesar del optimismo oficial, que Considera importante que la resolución final sobre el Sahara «deplore», pero no «condene» la ocupación del Oued el Dahad por Marruecos, la oposición ha pedido moderación en las evaluaciones, y ayer mismo la prensa comunista recordaba que «de todas maneras la resolución final recoge la resolución de Monrovia, que pide la autodeterminación de los saharauis», y que es considerada como un atentado a la integridad y soberanía nacional.

A los, pocos días de la rentree escolar y política, y después de repuestos de un largo mes de ayuno religioso durante el Ramadán, en el cual ocurrieron hechos importantes, como la anexión del Oued el Dahad, abandonado por Mauritania, y los ataques del Polisario contra Bir Anzaran y Al Buerat las conferencias cumbres parecen un tanto lejanas al ciudadano marroquí, habituado, por otra parte, a que éstas le sean presentadas como foros de incompetentes sin importancia.

No ocurre lo mismo con la situación interna ni con la realidad de la confrontación en el Sahara. La incertidumbre sobre el futuro inmediato se hace sentir en todos los sectores del país, la Administración y los negocios públicos y privados.

Ahora se critica abiertamente a la burguesía por su insolidaridad nacional, y lo que algunos califican de egoísmo y falta de patriotismo, en unos momentos en que el país requiere el concurso material y moral de todos. No; no sólo la izquierda ha estigmatizado ese abandonismo de una clase, sino también la derecha. El diario Al Maghrib expresaba ayer, en un artículo ilustrativo de ese estado de ánimo, que «por no creer, nuestra burguesía no cree ya ni en la democracia. Nosotros», añadía el articulista del diario del ex primer ministro Ahmed Osman, «que hemos sido los defensores de esa burguesía, que la hemos alabado, que creíamos que era portadora de transformaciones sociales, constatamos que el culto al dinero les ha desviado de su misión histórica».

Esta burguesía así criticada es la que acogió mal, hace unos meses, la propuesta del propio Ahmed Osman de institucionalizar un impuesto de solidaridad con el Sahara.

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