Cinco
años de su vida se ha pasado en un hospital de Chicago (Estados Unidos) Donnie Wartenherg, cuyo dramático récord no sería tan impresionante si el niño, que ahora ha salido sonriendo del centro sanitario, tiene justamente cinco años. Donnie nació con problemas respiratorios, y desde que vino al mundo tuvo que ser ayudado sin interrupción por un respirador artificial. Ahora, junto a su cuello, adornado para la despedida del hospital con unas flores, una réplica portátil del viejo e inmenso respirador seguirá cuidando de mantener vivo a Donnie, y va a permitirle desplazarse por la casa, ir al colegio, etcétera. Lo que más emocionó a Donnie es que ya se pudo poner una chaqueta, cuyos bordes acaricia con exquisito cuidado.
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