Discrepancias sobre las medidas de seguridad para la huelga de la flota de CAMPSA
La flota de petroleros de CAMPSA, tal como se había anunciado, parará a partir del próximo lunes, al no haber llegado trabajadores y patronal a un acuerdo en la última reunión, previa a la huelga, que tuvo lugar, ayer. En estos momentos, en vísperas del paro, desechado el temor a la militarización de los trabajadores, existe una grave preocupación entre las organizaciones convocantes sobre el mantenimiento de la seguridad en los buques durante la huelga.
CAMPSA, según fuentes del Sindicato Libre de la Marina Mercante (SLMM), ha enviado órdenes a los diferentes puertos para desalojar de los buques a todos los tripulantes que no integren el comité de mantenimiento, al tiempo, que fija éstos -para buques de 2.000 o más toneladas, que son la mayoría- en dieciséis hombres. El comité de huelga ha calificado de insuficientes las medidas de seguridad adoptadas por CAMPSA y ha pedido a las tripulaciones que por medidas de seguridad no abandonen los buques. Según el SLMM existe un grave peligro en estos buques, incrementado por la no desgasificación de los mismos, que haría necesaria la labor de todos los tripulantes en una situación de emergencia.La huelga de la flota de, CAMPSA, que afectará a unos 41 buques de los 45 que la componen, ha sido convocada por el SLMM, CCOO y UGT y se extenderá desde las cero horas del día 3 al día 7. El mismo lunes, al inicio del paro, se encontrarán atracados en puerto treinta buques, incorporándose a la huelga el resto de la flota a medida que toque puerto.
La medida de fuerza adoptada por los trabajadores, en el marco de las negociaciones del convenio, se circunscribe especialmente a la negativa de CAMPSA a equiparar la jornada laboral de estos 2.000 tripulantes a la que disfrutan otros empleados de la compañía.
Fuentes de los sindicatos, ante las medidas de seguridad adoptadas para la huelga por la compañía, han insistido en responsabilizar ante la opinión pública a CAMPSA de los accidentes que puedan producirse.
La dirección de CAMPSA, a principios de semana, anunció que tenía elaborado un plan de emergencia para subsanar los posibles efectos de la huelga, con el fin de garantizar la más absoluta normalidad del suministro.
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