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Conversaciones entre Argelia y Libia sobre el Sahara

Dirigentes del Frente Arabe de la Firmeza, opuestos al presidente egipcio Anuar el Sadat, han llegado a Trípoli para participar en los festejos del décimo aniversario de la revolución libia, con un trasfondo de conversaciones que podrían suscitar nuevas iniciativas árabes en Oriente Próximo y el conflicto del Sahara occidental. La presencia del coronel Chadli Benjedid es considerada como el resultado de la consolidación de relaciones entre ambos países.En su segundo desplazamiento al extranjero, desde que fuera nombrado a la presidencia en febrero de este año, el coronel Chadli se trasladó ayer a Trípoli en compañía de altos cargos del Frente de Liberación Nacional, Gobierno y fuerzas armadas. El motivo oficial de esta visita es asistir a un nuevo aniversario de la revolución libia, pero todo indica que Gadafi y el dirigente argelino examinarán con detenimiento el tema del Sahara, en cuyo contorno se precisa ahora un grave empeoramiento de las relaciones entre Rabat y Trípoli.

Aunque la dirección política argelina no le da demasiado crédito a la proverbial fogosidad de Gadafi, en lo que concierne al nuevo e hipotético empeño suyo de consagrar la «unión argelino-Iibia», lo cierto es que Argel y Trípoli han reforzado sobre el papel su alianza, sobre todo después de la última visita hecha aquí por el presidente libio en mayo de este año, durante la cual se firmó un protocolo de acuerdo para la aplicación efectiva del tratado establecido por Gadafi y el fallecido Bumedian en la localidad argelina de Hassi Messaud, en diciembre de 1975, y cuya cláusula más importante es la institución de un pacto de defensa mutua.

Pese a que poco se ha hablado de ello, ambos Gobiernos establecieron hace pocos meses una comisión mixta de alto nivel para definir las medidas prácticasde cooperación en diversas esferas, y ni que decir tiene que la de orden militar es de primera magnitud, sobre todo después del espectacular reforza miento de las fuerzas armadas libias.

Datos expuestos por el enviado de una revista norteamericana citan la reciente compra por parte de Libia de 3.000 carros blindados y cuatrocientos aviones militares de fabricación soviética.

Gadafi, tras su reciente visita por diez países árabes, ha vuelto a quebrar lanzas a favor de un boicot económico de Estados Unidos por parte del mundo árabe y ello explicaría, según los observadores, que sea el propio hermano del presidente norteamericano Billy Carter quien represente a Washington en los festejos del día 1 de septiembre. El presidente libio, en una de sus últimas declaraciones, llegó a amenazar con la suspensión de sus ventas de petróleo, el boicot de productos norteamericanos y una modificación de la política consistente en dar preferencia a las inversiones y depósitos financieros en los grandes bancos de Estados Unidos.

El régimen argelino no concibe de la misma manera que Libia la necesidad de una escalada verbal en ún tema que afecta directamente a la seguridad del mundo árabe y es, tradicionalmente, partidario de la discreción más absoluta en aras de una mayor efectividad.

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