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Cinco mil personas, amnistiadas en Brasil

Quince años después de la caída del Gobierno de Joao Goulart y de la instauración de un régimen dictatorial, el Congreso brasileño adoptó en la noche del miércoles al jueves, en medio de una gran confusión parlamentaria, un proyecto de amnistía política del que se beneficiarán la mayor parte de los presos políticos y los exiliados y que constituye un paso importante hacia la democratización del país.Esta amnistía, que afectará a unas 5.000 personas, no ha sido juzgada satisfactoria por la oposición, que le reprocha no abarcar a las personas condenadas por atentados y violencias políticas (unas trescientas). En cambio, los policías responsables de torturas se beneficiarán de la amnistía.

Los parlamentarios del partido gubernamental, Alianza Renovadora Nacional (Arena), mayoritario en el Parlamento, no cedieron ayer a la presión popular, que se manifestó en varias ocasiones estas últimas semanas. Numerosos desfiles y manifestaciones tuvieron lugar en las principales ciudades del país. Unos treinta prisioneros Políticos se declararon también en huelga de hambre hace un mes para protestar por su exclusión de la amnistía ofrecida.

En cambio, los parlamentarios de la Arena sí se doblegaron a las presiones del presidente Figueiredo, que les informó que vetaría todo proyecto de amnistía que incluya a las personas condenadas por actos de terrorismo. Algunos miembros del partido gubernamental eran partidarios de ampliar el proyecto de amnistía. Prueba de ello es que el diputado Djalma Marinho presentó una enmienda que levantaba las restricciones del texto gubernamental, pero que fue rechazada por 206 votos contra 201.

La sesión del Congreso brasileño, que integra a la Cámara Alta y al Senado, se desarrolló en un ambiente tenso, produciéndose numerosos incidentes. Algunos parlamentarios llegaron incluso a pegarse, y un diputado del partido gubemamental amenazó a sus colegas de la oposición señalándoles que estaba armado.

Varios parlamentarios afirmaron que otros votaron en lugar suyo. Al pronunciar el nombre de algunos de los diputados para solicitar su voto surgían, generalmente, varias respuestas procedentes de diferentes puntos de la asamblea. En la galería reservada al público, varios centenares de personas se manifestaron durante toda la sesión, abucheando a los diputados que votaban contra la enmienda que ampliaba la amnistía.

En cambio, los quince diputados de la Arena que votaron a favor de la enmienda fueron intensamente aplaudidos por el público. Cerca de los manifestantes, los responsables de la seguridad, que pueden ser fácilmente reconocidos por su pelo cortado casi al rape, no intervinieron en ningún momento.

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