Campaña nacional en Francia contra el alcoholismo, la plaga social más importante del país
«La más importante y la más preocupante de las plagas sociales», según la definición que del alcoholismo hizo el presidente francés, Valery Giscard d'Estaing, fue inscrita ayer en el índice de los temas que los gobernantes galos van a encarar «de una vez para siempre» (es un decir). El Consejo de Ministros decidió desencadenar una lucha «a muerte» contra los etílicos en primer lugar y contra los franceses en general, ya que este país continúa siendo el maillot amarillo de los bebedores del mundo.
El coste humano, social y económico en estos tiempos de crisis sin techo ha asustado a las autoridades. El Consejo de Ministros decidió ayer la formulación de un plan decenal de lucha contra el alcoholismo y, de paso, contra los fumadores también, que será realizado durante los meses inmediatos por un grupo de trabajo que dirigirá el profesor Jean Bernard. Entre tanto, las medidas ya en vigor serán reforzadas. Estas medidas, por ahora, no han incitado a los franceses a la moderación.Se calcula que en Francia existen dos millones de alcohólicos perdidos y cerca de cuatro millones de bebedores excesivos. Francia, que sólo representa el 1,7% de la población del globo, bebe el 30% de la producción mundial de alcohol. Mientras un francés bebe de media 16,4 litros de alcohol al año, un alemán consume 12,4 litros.
El coste del alcoholismo en este país es bastante astronómico. Aseguran los medios informados que, como consecuencia del alcohol, mueren unas 70.000 personas en Francia anualmente. Tanto beber parece ser que les cuesta la luna a los galos. En francos contantes es muy difícil una evaluación, pero las estadísticas más aproximadas dicen que la cifra se elevaría a unos 8.000 millones de francos; es decir, más de 100.000 millones de pesetas. Un estudio sobre el particular afirma que entre el 15% y el 20% de los accidentes de trabajo son imputables al vino y a sus homólogos. Otro profesor, más moralista aún, afirma que por culpa del beber, no ya los borrachos perdidos, sino todo aquel que está un poco manchado, pierde diez años de actividad laboral y, peor aún, que a sus familiares les ocurre otro tanto. El mismo profesor sentencia que en Francia «toda la sociedad en general está manchada» por mor del alcohol, que, por desgracia para el «plan decenal» que va a «parir» las autoridades competentes, es una de las «glorias» que, a lo largo de la historia, más ha contribuido a consolidar la grandeur francesa.
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