Un Gobierno de "conciliación nacional" sustituye a los militares en Bolivia
Bolivia tendrá a partir de hoy un presidente interino por un año, encargado de preparar y convocar nuevas elecciones legislativas en mayo de 1980. El compromiso parlamentario, alcanzado de madrugada por los dos partidos mayoritarios, pone fin momentáneamente a la situación de incertidumbre política vivida por el país en los últimos días.
El designado es Walter Guevara Arze, de 68 años, ex canciller, presidente del Senado y jefe de uno de los partidos integrados en la alianza del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), de Víctor Paz Estenssoro. Guevara Arce recibirá hoy el poder de manos de la Junta Militar del general Padilla y anunciará la formación de un Gobierno de conciliación nacional y, según sus propias palabras, de tendencia centro-izquierdista, en el que estarán representadas las principales fuerzas políticas que participaron en las elecciones del 1 de julio.El nombramiento de Guevara, que ya se había barajado días atrás, fue posible tras la renuncia de Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo al mantenimiento de sus respectivas candidaturas presidenciales. Siles y Paz se consideraban legítimos vencedores de las recientes elecciones, y su intransigencia había conducido a un virtual bloqueo parlamentario en el que votación tras votación ninguno de los dos obtenía el número de papeletas necesario para asegurarse la jefatura del Estado.
Siles Zuazo ha declarado que su partido -Unidad Democrática y Popular (UDP), un heterogéneo frente de hasta once grupos en el que figuran juntos comunistas prosoviéticos y trotskistas- no participará en el Gobierno Guevara, pero tampoco mantendrá una actitud obstruccionista. Un anuncio similar ha sido hecho por Alianza Democrática Nacionalista (ADN), la formación derechista del ex presidente Hugo Bánzer, a quien hasta el último momento se consideró árbitro de la crisis boliviana. La negativa de Bánzer a dar sus votos a Paz Estenssoro es el elemento fundamental de la designación de Guevara Arce.
Escepticismo
El compromiso adoptado por los representantes del pueblo boliviano ha sido recibido en la calle con una mezcla de alivio y escepticismo. Fuentes próximas al Gobierno han declarado a EL PAIS que la designación de un presidente interino era el menos malo de los caminos abiertos a un Congreso virtualmente paralizado y bajo el fantasma de una nueva intervención militar. La provisionalidad de la solución y la fragilidad del compromiso que la ha hecho posible no dejan, sin embargo, demasiado camino al optimismo.El Gobierno que hoy tomará posesión, primero en diez años integrado por personalidades civiles -Guevara Arce sugirió ayer que no incorporará militares a su Gabinete-, nace en una situación de vulnerabilidad que sólo puede ser amparada por un riguroso compromiso democrático de las fuerzas armadas.
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