La "cumbre" africana reconoce el derecho a la autodeterminación del Sahara
Tras una polémica votación, la decimosexta cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OUA adoptó ayer el proyecto de resolución del Comité de «notables» relativo al Sahara occidental, en el que reconoce el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Marruecos, que sufrió un duro revés, se retiró de la conferencia y anuncio que no asistirá a más reuniones de este tipo.
La polémica surgió una vez celebrada la primera votación, en la que el proyecto del Comité de «notables» obtuvo 32 votos a favor, cuatro en contra, cuatro abstenciones y nueve delegaciones ausentes. Uno de los jefes de Estado ausentes, el de Botswana, se presentó en la sala de conferencias, reclamando su derecho al sufragio. En la nueva votación se alcanzaron los 33 votos favorables, es decir, un voto más, que tiene su importancia, porque supone que el proyecto queda aprobado por mayoría absoluta. Marruecos sostiene que es válida sólo la primera votación, mientras el secretariado de la organización panafricana mantiene que la votación oficial es la segunda.La votación constituye la primera postura definida de la OUA con respecto al conflicto del Sahara desde que la organización se viera invitada a ocuparse del tema. En ella, los jefes de Estado africanos consideraron que el problema es un tema de descolonización aún no resuelto.
Aislamiento de Marruecos
Este triunfo del Frente Polisario, y las tesis argelinas sobre dicho conflicto, completa un aislamiento internacional de Marruecos.
En un documento entregado durante su conferencia de prensa de ayer, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores explicó que su delegación había abandonado la sala de reuniones durante el debate sobre el Sahara como protesta por el diktat que querían imponerle algunas delegaciones. Bucetta dijo también que protestaba porque no se le había permitido hacer uso de la palabra cuando la pidió para responder «a las falsificaciones, tergiversaciones y falacias, expuestas por otras delegaciones sobre su país y sobre el problema del Sahara», y calificó de «mascarada» la votación, así como la resolución adoptada.
El titular marroquí de Exteriores no quiso, sin embargo, cerrar la puerta a cualquier posible negociación futura y, tanto ante los jefes de Estado como ante los periodistas, reiteró que su Gobierno estará siempre disponible para cualquier negociación futura que no ponga en tela de juicio ni la descolonización del Sahara ni la integridad territorial o los intereses mayores de Marruecos.
Mauritania, representada por el coronel Hunna Uld Heidalla, nuevo hombre fuerte de Nuakchott, votó a favor del proyecto de resolución de la OUA, ratificando así su desmarque de las posiciones de Rabat.
Mal precedente español
En lo que a España se refiere, dijo Bucetta que las nuevas actitudes del Gobierno español con respecto al problema del Sahara occidental se deben «a las nostalgias, los rencores y los resentimientos que deja siempre la descolonización en los países a los cuales se les arranca, y quizá también a cálculo de un juego diplomático oscilante».
Para el ministro marroquí, esta actitud del Gobierno español es la que «pudo inspirar sus declaraciones a los delegados africanos que visitaron España». Para Marruecos, el poner en tela de juicio la autodeterminación llevada a cabo por los saharauis, «encarnada en la cesión de la Administración en los acuerdos de Madrid de 1975 y el pronunciamiento de la Jemaa por la retrocesión del Sahara occidental a Marruecos y Mauritania», sienta un precedente peligroso que va no sólo contra los intereses de Marruecos, sino contra otros muchos intereses africanos.
Según el ministro marroquí, si Marruecos se hubiera descolonizado de una sola vez y de un solo descolonizador, el problema del Sahara no se habría planteado.
Ceuta y Melilla
«La descolonización consistió para las demás naciones», dijo Bucetta, «en la restitución simultánea de la independencia y la integridad territorial.» En las notas jurídicas que acompañaron al discurso pronunciado por Bucetta se indica que su Gobierno emitió, en 1963 ante la OUA, reservas sobre el principio del mantenimiento de las fronteras coloniales, «simplemente porque todavía no había recuperado todos sus territorios, cosa que hoy día sigue sin completarse en lo que concierne a Ceuta y Melilla».
Con la votación de ayer de la OUA se abre quizá una nueva etapa en el conflicto del Sahara, probablemente más peligrosa en la cual, aparentemente, sólo una evolución forzosamente militar será la que cuente. La OUA, en efecto, no dispone de fuerzas que permitan imponer una resolución de este tipo, mucho menos si el país afectado directamente por ella se retira de la Organización.
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