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Craxi infoma al presidente italiano que existen posibilidades de formar Gobierno

Juan Arias

Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista italiano (PSI) y encargado de formar Gobierno, confirmó ayer al presidente de la República, Sandro Pertini, que después de la primera fase de consultas con los representantes de los partidos «existen elementos positivos que podrían permitirle formar el nuevo gabinete». Craxi informó al jefe de Estado que desea formar un Gobierno con la más amplia participación de las fuerzas democráticas que deseen participar y con la solidaridad de aquellas fuerzas, que aun no colaborando directamente, puedan ayudar a que se pueda crear un Gobierno estable en el país.

El secretario socialista dio a entender que desea moverse dentro de la lógica de la pasada «solidaridad parlamentaria». Y por lo que se refiere a las aclaraciones que le han pedido los partidos, sobre todo la Democracia Cristiana, Craxi dijo a Pertini que ulteriores coloquios con las fuerzas políticas podrían servir para aclarar muchos de estos puntos.A pesar de todo, Craxi pidió al presidente de la República que le conceda aún un cierto margen de tiempo antes de hacer la aceptación definitiva.

Los observadores políticos consideran que Craxi está dispuesto a llevar adelante su tarea, a pesar de las duras resistencias que está teniendo y que son «subterráneas». Piensan también los comentaristas políticos que el secretario socialista antes que renunciar a la posibilidad de formar un Gabinete está dispuesto a presentarse ante el Parlamento con un Gobierno minoritario para ser derrotado.

Por su parte, la Democracia Cristiana se manifiesta cada vez más preocupada, y en la medida en que aumentan las posibilidades de Craxi y los consensos que recibe, crece también la tensión interna del partido. Ayer, por ejemplo, dos de los mayores líderes democristianos, el ex vicesecretario Giovanni Gallori y el actual vicesecretario Carlo Donat-Cattin ofrecieron dos interpretaciones casi opuestas sobre el documento de la dirección del partido, elaborado el viernes. Mientras, una parte del partido insiste en la necesidad de que, si Craxi forma Gobierno, la Democracia Cristiana debe seguir manteniendo dentro de éste un papel de primera plana, conservando, por ejemplo, los ministerios claves e imponiendo un programa acorde con las líneas del partido. Otros prefieren que el partido de la mayoría relativa en Italia haga concesiones y pierda incluso algunas de sus eternas posiciones de poder con tal que Craxi forme un Gobierno que en la práctica suponga una ruptura del Partido Socialista con los comunistas.

Ayer, el PSI publicó un comunicado en el cual aclaró que el partido está dispuesto a dar a la Democracia Cristiana todas las explicaciones que desee en lo que se refiere a la tentativa socialista de formar un Gobierno estable. Pero añadió, que la DC no puede pedir el precio de que el partido renuncie a su línea estratégica admitiendo, por ejemplo, que «no trabajará en el futuro para crear en el país una alternativa de izquierdas».

Uno de los factores que podría complicar a Craxi la situación es la posición de los republicanos, los cuales, tras la desaparición de su líder carismático, Ugo la Malfa, se sienten, más bien, inclinados a tratar con la Democracia Cristiana.

El Partido Comunista es el más prudente. Espera que sea la Democracia Cristiana quien saque las castañas del fuego y que aparezca claro, antes de pronunciarse, cuáles son las reales intenciones de Craxi y del partido de Zaceagnini por lo que se refiere a la formación de un centro-izquierda.

Mañana, Craxi empezará un nuevo cielo de conversaciones con los partidos para concretizar mejor qué tipo de Gobierno puede presentar al presidente de la República y con qué programa.

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