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Carter, dispuesto a reducir sustancialmente las importaciones de petróleo

Consciente de que se encuentra en el momento clave de su mandato presidencial, Jiminy Carter se dirigirá hoy al país, a través de la televisión, con un discurso cuidadosamente preparado, en el que deberá incluir no sólo fórmulas para conjurar la crisis energética y la recesión económica, sino estímulos que restauren la confianza en su liderazgo, perdida por la mayoría de los norteamericanos.Desde que el pasado día 5 suspendiera inesperadamente una intervención televisada sobre el problema energético, Carter ha estado confinado voluntariamente en el retiro de Camp David y allí ha preparado el discurso que pronunciará hoy, a las diez de la noche (cuatro de la madrugada del lunes, hora de Madrid).

Carter pasó el día de ayer en Camp David dando los últimos retoques al texto del discurso, en compañía de su mujer, Rosalynn, y del vicepresidente, Walter Mondale. Tras doce días de consultas con personalidades políticas, gobernadores estatales, líderes sindicales y empresarios y después de dos «escapadas» para oír la opinión del ciudadano medio, Carter ha decantado urias líneas de actuación que ofrecerá hoy al país.

El presidente parece convencido de que los pools de opinión pública son acertados y de que, por consiguiente, ha perdido el apoyo de la mayoría de los norteamericanos. Pero Carter confía en superar ese bache y en restaurar las ilusiones del país en el futuro. Este aspecto parece que preocupa especialmente a Jiminy Carter, que dijo a varios de sus visitantes en Camp David que los norteamericanos tienen el índice medio de ahorro rnenor de todo occidente y desconfían de sus instituciones.

Según las filtraciones recogidas por los medios informativos, el presidente ha preparado un programa energético destinado a reducir radicalmente la dependencia de Estados Unidos del petróleo importado. Carter quiere reducir nada menos que en cinco millones de barriles diarios (250 millones de toneladas al año) las importaciones de crudo en 15190. Actualmente, Norteamérica importa unos ocho rnillones de barriles por día y de seguir al ritmo actual importará diez millones en el año indicado.

El programa, considerado demasiado audaz e imposible de realizar en la práctica por algunos de los ayudantes presidenciales, se basa exclusivamente en la producción de combustibles sintéticos y erí el ahorro energético, junto a una serie de estímulos fiscales y la investigación de nuevas fuentes de energía. Pero Carter no entrará en detalles durante su discurso de hoy, sino que presentará los grandes rasgos y dejará para sus intervenciones públicas del lunes en Detroft y Kansas City los aspectos concretos.

La remodelación del Gobierno, que según el propio presidente es algo secundario en estos momentos, no será probablemente anunciada en el discurso.

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