_
_
_
_
_

El plan de la Junta de Reconstrucción nicaragüense divide al Estado Mayor de Somoza

El plan de pacificación de Nicaragua expuesto por la Junta de Reconstrucción Nacional ha provocado, según observadores políticos, fuerte división en las fuerzas políticas y militares que rodean a Anastasio Somoza. Para un sector de dichas fuerzas, que parece amplio, el programa elaborado por el Gobierno provisional es razonable, sobre todo si, efectivamente, consigue la terminación de la sangría humana que esta guerra está produciendo.

Es más difícil conocer cuál es la opinión de los responsables de la Guardia Nacional, pero existe constancia, igualmente, de que una parte de la oficialidad sería partidaria de que el presidente Somoza aceptara el plan.Los sandinistas parecen esperar también a lo que se decida políticamente en Managua. La tan anunciada nueva ofensiva sobre la capital no se ha producido, a pesar de que en los últimos días ha habido numerosas infiltraciones de guerrilleros en barrios de la ciudad.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha convocado por radio a los comandantes de todos los frentes guerrilleros a una reunión en la que, al parecer, se discutirá la táctica a seguir en el asalto final sobre Managua, último centro urbano importante en poder aún de Somoza.

La presión bélica de la Guardia Nacional sobre las ciudades que permanecen en poder de los guerrilleros ha descendido, igualmente, en las últimas horas. Parece como si ambos bandos en lucha se hubieran concedido un descanso mutuo. Tan sólo en el frente sur, cerca de la frontera con Costa Rica, funcionan Sin interrupción los cañones y los fusiles.

Aviones de la Fuerza Aérea de Nicaragua bombardearon por la noche las posiciones sandinistas en Sapoa y atravesaron en varias ocasiones, según fuentes costarricenses, la línea divisoria entre los dos países. Costa Rica ha llevado a la Organización de Estados Americanos pruebas concluyentes de la violación de su espacio aéreo por la aviación de Somoza.

La capital costarricense, San José, sigue siendo, entre tanto, el escenario político más importante de esta parte de la crisis nicaragüense. El jueves llegaron a dicha ciudad Omar Torrijos, comandante de la Guardia Nacional de Panamá, y Carlos Andrés Pérez, ex presidente de Venezuela. Ambos políticos, objetivos permanentes de los anatemas de Anastasio Somoza, conversaron con Rodrigo Carazo y con los integrantes de la Junta de Reconstrucción Nacional.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Panamá, por medio de Torrijos, ofreció a Costa Rica toda clase de ayuda militar para el caso de que la Guardia Nacional nicaragüense realizara actos de hostilidad bélica contra el territorio.

La cara humana de la guerra, si es que la tiene, ofrece, mientras tanto, diarios contrastes. La capacidad de adaptación de los nicaragüenses a estas circunstancias de anormalidad es, por ejemplo, sorprendente. Managua, una ciudad absolutamente paralizada desde hace ya mes y medio, ha conseguido organizar se primitivamente sobre la escasez, el hambre y la tensión. La principal actividad de los habitantes de esta atribulada ciudades la obtención de alimentos y este ir y venir a los mercadillos, a las granjas, a las casas de los amigos o parientes menos afectados por la guerra, lo que da a la capital de Nicaragua un aspecto extrañamente cosmopolita y activo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_