Interior ordena la adopción de medidas de seguridad en zonas turísticas

El Ministerio del Interior ha ordenado la adopción de medidas especiales de seguridad en todas las localidades de la Costa del Sol ante la campaña de colocación de artefactos explosivos iniciada por ETA (p-m). En las últimas horas han explosionado cinco bombas de distinta potencia en Benidorm (Alicante), Marbella (Málaga) y Málaga. En ninguno de los casos se produjeron daños personales. Entre las medidas ordenadas por Interior figura el envío de equipos de artificieros a los principales núcleos turísticos de la costa, así como de miembros especializados en la investigación antiterrorista.

En Benidorm, según informa Mari Carmen Raneda, corresponsal de EL PAIS en Alicante, hicieron explosión, con un intervalo de ocho horas, dos artefactos. Poco antes de la 1.30 de la madrugada de ayer, viernes, redactores del diario vasco Egin telefonearon a un pediódico alicantino para leer un comunicado de ETA que acababan de recibir, según el cual, «entre las dos y las cinco de la madrugada estallará un artefacto en la playa de Levante, de Benidorm». En el mismo comunicado se indicaba que se desalojaran urgentemente dos edificios, en uno de los cuales explosionó la bomba a las tres de la madrugada. Horas después se recibió otra llamada telefónica anunciando que entre las nueve y las doce de la mañana explosionaría otro artefacto en las proximidades de la misma playa y pidiendo que se desalojara un hotel. La bomba explosionó a las once de la mañana. Al parecer, se trataba de un kilo de goma-2 accionado por un mecanismo de relojería.En los dos casos, la policía actuó con celeridad y procedió a desalojar los edificios indicados y sus alrededores. Los daños más elevados se registraron en el hotel, donde la onda expansiva del artefacto, situado en el jardín, provocó la rotura de los cristales y destrozó todas las obras de jardinería.

Bomba en una papelera

En Málaga capital, un empleado del servicio de limpiezas encontró, a las diez de la mañana, en una papelera en la céntrica plaza de Queipo de Llano, un paquete sospechoso. Avisada la policía, resultó ser un artefacto que los artificieros hicieron explosionar después de despejar y acordonar la zona. La bomba era de escasa potencia, según informa el corresponsal de EL PAIS, Joaquín Marín.

Poco después se recibieron, en el Ayuntamiento y en la Audiencia Provincial sendas llamadas telefónicas anunciando la colocación de otros artefactos en los respectivos edificios. La policía procedió a desalojarlos, sin que en el registro se encontrase nada.

Dos artefactos en Marbella

En Marbella, entre las seis y las ocho de la tarde, explosionaron dos artefactos. La policía local recibió, al parecer, una llamada de la Dirección General de Seguridad informando que se tenían noticias sobre la colocación de tres bombas en la playa.

Inmediatamente empezó el rastreo, sin que se encontrase nada. Las playas, que estaban muy concurridas de turistas españoles y extranjeros, fueron desalojadas. A las seis y media de la tarde se produjo la primera explosión. El artefacto había sido enterrado en la arena, junto al muro del paseo Marítimo. A las ocho menos seis minutos, la policía hizo explosionar un segundo artefacto, enterrado igualmente en la playa. A la hora de cerrar esta edición, los artificieros continuaban rastreando la playa en busca del tercer artefacto.

Algunas personas han proporcionado a la policía la descripción física de dos jóvenes sospechosos de ser los autores de los atentados de Marbella.

Durante la noche del jueves al viernes pasado tuvieron que ser desalojados también Puerto Banús y el casino Nueva Andalucía, ante el anuncio telefónico de que iban a explosionar sendos artefactos. Las llamadas resultaron ser falsas alarmas, al igual que otras muchas que se recibieron en las redacciones de los periódicos de la ciudad informando de la colocación de explosivos en diversos lugares de la costa.

Anulaciones turísticas

EL PAIS pudo confirmar ayer, en fuentes empresariales del sector turístico, que ya se han producido las primeras anulaciones turísticas para los meses de julio y agosto. Las reservas pertenecen a turistas españoles, especialmente madrileños y bilbaínos.

Los hoteles de la costa del Sol disponen en la actualidad de numerosas plazas libres para los meses de alta temporada, lo que no ocurrió en años anteriores. Fuentes hoteleras comentan que en la zona turística de Yugoslavia se está produciendo, por el contrario, overbooking, porque hay más turistas que plazas disponibles.