Las dificultades de los estatutos vasco y catalán

«España afronta el problema más espinoso de su paz civil: la discusión sobre los Estatutos de Autonomía de la región vasca y catalana. ( ... )La ocasión para resolver la antiquísima controversia es histórica. Pero las dificultades son grandes. Y la apuesta, peligrosísima: España se juega la democracia. En lo que se refiere a la situación vasca, el Gobierno se encuentra entre las ametralladoras de ETA y las advertencias de las Fuerzas Armadas, que están dispuestas a aceptar todo, menos que se discuta la unidad nacional. ( ... )

El Estatuto Vasco, sobre todo, presenta artículos que podrían dejar abierta la puerta a ulteriores peticiones radicales, como la autodeterminación. En particular, donde se dice que los poderes del pueblo vasco emanan del pueblo (y no se menciona a la Constitución nacional) y donde se puede interpretar que cualquier tratado de carácter internacional firmado por España debe, en el País Vasco, someterse a un referéndum. ( ... )

La objeción principal del Gobierno es a esta expresión del Estatuto: el Estatuto de Autonomía no implica la renuncia del pueblo vasco a los derechos que como tal pueden corresponderle en virtud de su historia y de su voluntad de autogobierno. Si este artículo se aprueba, los vascos podrían pedir la independencia. ( ... )

Al proyecto del Estatuto catalán se formulan objeciones en lo que se refiere a los poderes que emanan del pueblo sin citar expresamente la Constitución. Otras objeciones son importantes, pero no tan graves como las que ofrece el estatuto vasco. ( ... )

Los dos meses que durarán las negociaciones serán difíciles para España. Los terroristas de ETA se jugarán el todo por el todo. Si las fuerzas moderadas de la región obtienen un éxito que los vascos juzguen satisfactorio, los profesionales de la ametralladora se encontrarán aislados.»

26 de junio