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Un nuevo terremoto siembra el pánico en la mitad oriental de Andalucía

Un nuevo y fuerte terremoto, de profundidad intermedia y magnitud de cinco grados en la escala Richter, volvió a sacudir la provincia de Granada en la madrugada de ayer, afectando igualmente a gran parte de las de Almería, Málaga y Jaén. Se trata del tercer seísmo que se registra en Granada en menos de veintiséis horas -el décimo desde el pasado 20 de marzo- y, como en los anteriores, no se tienen noticias de momento de que se hayan producido daños personales o materiales de importancia.

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La sacudida se produjo poco antes de las dos y diez de la noche y alcanzó una intensidad máxima de sexto grado, según la escala Mercalli modificada, por lo que la fuerza y violencia del movimiento telúrico respecto a los de días anteriores fueron bastante más acusadas.Estas características, unidas a la mayor duración del temblor y a que éste vino acompañado de ruidos subterráneos, provocaron el pánico, una vez más, entre los granadinos en no pocos barrios de la capital y pueblos de la vega. Varios miles de personas se lanzaron a la calle en bata o pijama, provistas muchas de ellas de mantas y colchas, y llegando incluso familias enteras a abandonar la ciudad, en busca de lugares seguros en campo abierto. También en la costa se sintió con mucha intensidad el terremoto, particularmente en Motril, donde muchas personas se fueron a dormir a la playa.

Los teléfonos de los bomberos, la policía, los periódicos y las emisoras de radio locales permanecieron bloqueados durante varias horas, debido a las innumerables llamadas de personas verdaderamente afectadas, interesadas en su mayoría en saber si el fenómeno podía repetirse.

Según datos del Observatorio Universitario de Cartuja, coordinado con el Instituto Geográfico Nacional, la localización provisional del epicentro se sitúa en la sierra de La Alfaguara, bajo el barranco de Víznar, a unos once kilómetros de la ciudad de Granada y de una profundidad aproximada de cien kilómetros, lo que explica que el terremoto se haya sentido en toda Andalucía oriental, así como que su localización no pueda ser todavía definitiva.

Ha sido en Jaén donde se ha rozado la desgracia, al derrumbarse, a consecuencia del seísmo, un bloque de viviendas que, afortunadamente, se encontraba deshabitado. Los inquilinos lo abandonaron recientemente al observarse deficiencias en la estructura del edificio, que fue construido por una empresa particular acogida a los beneficios del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

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Los efectos del terremoto se hicieron sentir también en otros pueblos de la provincia jiennense, según informa nuestro corresponsal, Antonio Garrido.

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