Intelectuales judíos norteamericanos contra la colonización israelí en Cisjordania

Una treintena de intelectuales judíos norteamericanos de primerísimo relieve, entre ellos el premio Nobel Saúl Bellow; el compositor y célebre director de orquesta Leonard Bernstein; el rector de la Universidad de Harvard y otras personalidades de renombre y conocidas por su activa simpatía hacia Israel, han dirigido un telegrama al primer ministro, Menahem Begin, en el que protestan por el establecimiento de una colonia judía en Elon-Moreh, en Cisjordania.Estos intelectuales se declaran también a favor del movimiento La Paz, Ahora, partidario de una paz con los árabes, aunque sea a costa de los territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967.

Incluso en Israel se está preparando ya una prueba de fuerza con relación a esta nueva colonia judía en Cisjordania, que se ha convertido en un símbolo, tanto para los partidarios del gran Israel como para quienes prefieren la paz a la expansión territorial.

Se ha podido saber que Begin encontró enormes dificultades en el seno del Gobierno para conseguir la «luz verde» para esta nueva colonia. Tuvo que poner en juego todo su prestigio personal para conseguir que ocho ministros se pronunciasen a favor.

«La lucha contra Elon-Moreh continúa.» Este fue el eslogan utilizado por los millares de personas -en su mayoría jóvenes entre veinte y treinta años- que se manifestaron ayer por la noche en Tel-Aviv.

La manifestación fue convocada por el movimiento La Paz, Ahora para protestar contra el establecimiento de la citada colonia judía y contra la política de colonización del Gobierno, que, según el citado movimiento, constituye una amenaza contra el actual proceso de paz.

Hasta para veteranos del movimiento sionista, como el doctor Raanan Weitz, que dirige desde hace más de veinte años los asentamientos de judíos en Israel, la colonización masiva de Cisjordania que preconiza el ministro de Agricultura, Ariel Sharon, y que es apoyada por Begin, «lleva al pueblo judío hacia la catástrofe».

El doctor Weitz considera que la implantación de millares de judíos en el corazón de Cisjordania, poblada por centenares de millares de palestinos, y el objetivo de Begin de anexionarse Cisjordania tras el período de transición de cinco años, de autonomía, «constituirán el verdadero peligro para Israel: un Estado, en la práctica binacional, con una demografía árabe galopante, que situará al Gobierno ante el dilema de adoptar gradualmente el sueño de Arafat de crear un Estado palestino o bien instaurar un régimen de segregación racial para asegurar la dominación de la minoría judía por la mayoría árabe».