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La batalla de Managua entra en su fase decisiva

La acumulación de efectivos militares por parte de la Guardia Nacional nicaragüense y del Frente Sandinista en la capital del país ha hecho que la batalla de Managua se encuentre ya en su fase decisiva. El área occidental de la ciudad permanece controlada por la Guardia somocista, al mando de Anastasio Somoza Portocarrero, hijo mayor del dictador, mientras Tomás Borge manda las tropas guerrilleras, asentadas en la zona oriental de Managua. Los bombardeos sobre la población civil urbana son frecuentes -el Frente Sandinista los ha denunciado repetidamente-, el hambre se extiende a todo el país y el número de muertes entre personal civil y combatientes puede superar las 2.000. Entre tanto, la agencia Efe informó ayer desde Quito que es inminente la ruptura de relaciones diplomáticas de los países del Pacto Andino con Anastasio Somoza.

«Esto es peor que el terremoto», admitió Anastasio Somoza en un dramático mensaje difundido en la noche del miércoles a través de la televisión nicaragüense. Sus palabras, dichas en un tono rayano en la violencia, reflejan la intensidad de la crisis que vive este país y que ya alcanza características de tragedia.La alocución de Somoza fue un explícito reconocimiento de que el Gobierno está desbordado por los hechos. «Nunca pensamos que pudiera haber tanto pillaje y tanto desorden, nunca creímos que pudiera pasar esto en Managua», fueron frases utilizadas en el discurso, reveladoras del estado de ánimo de quien las pronunciaba. Otros párrafos, más conciliadores (« Estoy dispuesto a salvaguardar la vida y la hacienda de todos los nicaragüenses, sin distinción de colores políticos», o «Prometo darles garantías a todos mis conciudadanos»), sonaban más a llamamiento patético que a sinceros ofrecimientos de pacificación.

Al final de su alocución, y utilizando gesto amenazante, Somoza dijo: «Por favor, no me fuercen a aplicar la ley. »

Realmente, la mejor definición de lo que está sucediendo en Managua es la palabra caos. Los saqueos fueron constantes durante todo el miércoles. La gente ya no se limita a procurarse alimentos: arrampla con todo lo que encuentra. Soldados de la Guardia Nacional han participado en estas rapiñas. Los centros comerciales, auténticos pulmones de la actividad mercantil, no son, a estas horas, más que locales vacíos y destrozados. Sea cual sea el desenlace final de esta crisis, serán necesarios meses para recobrar la mínima normalidad para la ciudad: los canales de distribución de alimentos y productos están rotos. La actividad industrial, paralizada. Los sistemas Financieros y crediticios, colapsados.

"Chigüin" y Tomás Borge, frente a frente

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Esta situación caótica no ha hecho olvidar, empero, que Managua es una ciudad en guerra. Aunque por la mañana fue fácil el traslado a través de las barriadas meridionales y occidentales de la ciudad, a partir del mediodía se reanudaron los tiroteos en distintos puntos de Managua. Los combates más intensos se registraron en el Este, donde, según todos los indicios, están concentradas las fuerzas más selectas del Frente Sandinista y su mejor armamento. Fuentes fiables aseguran que en dicha zona, que comprende los barrios Bello Horizonte, Larreynaga, Riguero, Máximo Jerez, Salvadorita, Nicarao y algunos otros, funciona el puesto de mando del FSLN, y que Tomás Borge, uno de los integrantes del triunvirato director del Frente, dirige las operaciones.

La Guardia Nacional mantiene en la zona alrededor de 3.000 hombres, comandados por Anastasio Somoza Portocarrero. Esta fuerza inició el miércoles una ofensiva encaminada a «aniquilar», según se dijo literalmente, a ese importante foco de combates. Durante toda la tarde se escucharon los tremendos estampidos de los disparos de tanques Sherman, de morteros. Aviones T-33 y Puteh-Pull realizaban continuas pasadas sobre la zona. Columnas de humo se elevaban hacia el cielo desde casas incendiadas. La intensidad del ataque hace pensar que en esa zona de la ciudad la destrucción ha de ser enorme.

Según datos confiados a EL PAIS por una persona conocedora de las operaciones militares que se desarrollan en Managua, la Guardia Nacional dispone en la capital de 15.000 hombres, entre soldados y paramilitares. El Frente Sandinista cuenta con 7.000 combatientes, la mayoría de los cuales son estudiantes que tomaron sus armas cuando recibieron la orden de iniciar la ofensiva de Managua. Los jefes de la Guardia Nacional están sorprendidos por la potencia de fuego del Frente y por la intensidad y duración de la ofensiva, pero dispone de armas y municiones suficientes para sostener un enfrentamiento prolongado. El flanco más débil del Ejército de Somoza parece ser la aviación, sobre todo después de que fracasaran las compras de aviones B-26, en Estados Unidos. Uno de los entrenadores de los pilotos nicaragüenses, de nacionalidad inglesa, huyó hace una semana de Managua.

Dos mil muertos

Según la misma fuente, en la presente ofensiva han muerto alrededor de quinientos guardias nacionales y 1.500 combatientes sandinistas y personas civiles. Desde septiembre hasta aquí, la estimación de bajas es de 1.500 en el Ejército y 2.500 en el FSLN. Todas estas cifras deben tomarse con las reservas que impone la dificultad de confirmar, en uno y otro bando, tales datos.

Puente aéreo para españoles

Si las condiciones son las adecuadas, hoy comenzará el puente aéreo organizado por el embajador de España en Managua, Pedro Manuel Aristegui, para evacuar a la colonia española en Managua. Se espera la llegada de un avión Hércules, que en sucesivos viajes trasladará a Costa Rica a nuestros compatriotas. Cientosesenta de las más de trescientas personas que han solicitado la evacuación viajarán a Madrid el lunes a bordo de un avión de Iberia fletado por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

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