Transporte público

Desde hace unos meses, resido en la zona industrial de Coslada; como quiera que tengo el trabajo en Madrid (Cibeles), tengo que desplazarme diariamente a Madrid y como muchas personas sigo el consejo de los que nos dicen «utilicen los servicios de transportes públicos»; aunque poseo coche, le dejo aparcado en la estación de Coslada-San Fernando y tomo los trenes de cercanías que hacen el trayecto Guadalajara-Chamartín, y ahí es donde empieza mi «calvario» de cada día.Los trenes que pasan por Coslada-San Fernando en dirección Chamartín, concretamente, los que suelo tomar a las 7.00 horas o 7.20 horas de la mañana, suelen llevar tres o cuatro vagones, se puede imaginar a esas horas de la mañana, que es cuando más gente se desplaza a sus trabajos, cómo puede ir el tren con tan pocos vagones. El Metro, a las horas punta, se queda corto: pisotones, empujones y desayuno de codazos es el pan nuestro de cada día.

Yo me pregunto, ¿tan difícil es poner unos vagones más en esas horas punta?, que de sobra saben los directivos de Renfe, o quizá, con la desorganización que tienen, no lo sepan; se llenarían igual y podríamos viajar como personas y no como borregos.

Como contrapartida, se puede comprobar que a las 14.45 horas, y en la estación de Recoletos, pasa un tren (también de cercanías) con destino a la Universidad de Cantoblanco, que lleva cinco o seis vagones, y que generalmente va ocupado por no más de dos docenas de estudiantes.

No tengo nada en contra de la deferencia de Renfe para con los estudiantes, pero se puede ver que, al margen de la comodidad con la que viajan, tienen muchos descuentos en los billetes por ser estudiantes.

Como es lógico, todo lo dicho es fácil de comprobar con sólo dar un paseo a esas horas entre Alcalá de Henares y Chamartín, pero a buen seguro ningún directivo y responsable de Renfe tiene necesidad de hacer diariamente ese recorrido.