Actuaciones del grupo inglés Troggs
El martes y viernes pasados actuó en el teatro Martín un grupo inglés cargado de historia: los Troggs.Hace trece años los Troggs tuvieron un enorme hit, con Wild Thing, una versión fortísima del clásico de Chip Taylor. Los Troggs eran lo que se podía llamar protopunks, una working-class-band, cuyo estilo se reducía en el fondo a marcar un ritmo pesado, una voz chillona y nada agradable y buenas canciones de contenido sexual tan obvio que una de ellas, I Cant Control Myself, fue prohibida por la pudibundez del régimen.
A lo largo de todos estos años, los Troggs no han vuelto a repetir su retahíla de éxitos, lo cual no era óbice ni valladar para que siguieran actuando en un circuito que va de los pubs a los cabarets locales de Gran Bretaña.
Las actuaciones de Madrid mostraban a un grupo que iba por lo derecho: sana marcha para el cuerpo, bajo, guitarra, batería y un cantante, Reg Presley, que mueve sus kilos como un elefante insidioso, que escupe las palabras más que las canta y que sigue demostrando que el rock and roll no tiene necesariamente una edad. Estos son los grupos sin ninguna clase de pretensiones que se pueden escuchar por poco dinero: un buen rato de música por sí misma. No hay mitos, no hay nombres: sólo hay canciones y un grupo sudando en el escenario. Vale la pena.
