El Polisario acusa a Giscard de "hostilidad" hacia los saharauis

A través de un llamamiento al pueblo francés, distribuido ayer en la capital argelina, el Frente Polisario ha vuelto a reiterar sus ataques contra el Gobierno francés, al que acusa de «persistir en su hostilidad al pueblo saharaui» y coaccionar a los dirigentes mauritanos para forzar una solución política basada en una amputación territorial del Sahara occidental.

El análisis que formula el movimiento independentista de las actuales coordenadas políticas del conflicto, tiende a hacer de París el principal obstáculo a la autodeterminación del territorio, al menos en lo que concierne al respeto de su integridad.«Todas las soluciones dudosas propuestas hasta ahora han sido elaboradas por el Elíseo», subraya el Polisario, en un abierto intento de demostrar a la opinión pública el maquiavelismo del señor Giscard d'Estaing.

Esta «superchería gala» se ha recrudecido, según los saharauis, desde 1975, cuando París iniciara el envío de expertos militares y material logístico a Rabat y Nuakchott, tras haber «presionado» a España para que organizara la firma de los acuerdos tripartitos.

En el citado llamamiento, el Polisario destaca como elementos favorables la actitud de los gobernantes mauritanos al pronunciarse por el derecho a la autodeterminación de la población saharaui y la reciente posición oficial española, expresada por el propio Suárez, «que empieza a revisar su política hacia el Sahara...»

El contenido y las motivaciones de ese documento inducen a pensar a los analistas del tema que mientras se mantenga el actual status quo norteamericano-soviético sobre la crisis saharaui, las coordenadas de una solución política de la misma pasan, necesariamente, por la capital francesa.

Argelia y el Polisario están conscientes de ello y su preocupación se centra en lo que hará París, a pocas semanas de la visita oficial a Argel del ministro de Asuntos Exteriores galo, François Poncet.

Elogios a Suárez

Las carantoñas a Suárez de la prensa argelina, las declaraciones públicas del Polisario, impregnadas de encomio hacia el cambio de actitud español, forman parte de una estrategia verbal destinada a limar el crédito de que dispone Marruecos en las esferas diplomáticas y en la propia Organización de la Unidad Africana, más que a elogiar la habilidad negociadora del presidente del Gobierno español.

Lo que realmente inquieta aquí es el cambio de óptica que se habría producido en París y Washington en torno al problema del Sahara occidental, a partir de la fulminante revolución iraní, en el sentido de que si antes las dos capitales occidentales no descartaban el relevo discreto de la monarquía alauita, ahora han modificado su comportamiento y el apoyo a Hassan II forma parte de una consolidación de niveles estratégicos en el área del noroeste africano.