Un profesor de física y filósofo, candidato socialdemócrata a la presidencia de la RFA
La que parece ya segura candidatura del profesor de Física y filósofo Carl Friedrich von Weizsaecker a la presidencia de la nación por los partidos Socialdemócrata y Liberal no ha resuelto más que un problema de forma. Los partidos del Gobierno, preocupados por el sentido de una elección presidencial con el democristiano Karl Carstens como único aspirante, han decidido al fin, «por presiones de la base», buscar un candidato de ocasión o, si se quiere, de emergencia.
A nadie escapa la coincidencia de la jornada electoral con la celebración del treinta aniversario de la constitución federal, el próximo miércoles. El barón Von Weizsaecker, de 79 años, no milita en ningún partido, y es un hombre de ciencia que busca vincular la cátedra, el laboratorio y la reflexión filosófica sobre los fenómenos objeto de su estudio, por ejemplo el de las relaciones entre actividad científica y compromiso político.La incógnita se abre en torno a si un sector de compromisarios elegidos por la Democracia Cristiana en sus laender va a otorgar a Von Weizsaecker su confianza retirándosela al candidato de la Unión Cristiano Demócrata.
A pesar del acuerdo social-liberal en la elección del aspirante, los diputados y compromisarios de cada partido discutirán aún la postura a adoptar en sendas reuniones del principio de semana, en las mismas puertas de la elección presidencial del miércoles. Parece que algunos de los electores mantienen el propósito de escribir en las papeletas el nombre de Walter Scheel, con lo que su voto quedaría invalidado por no presentarse a la reelección el actual jefe del Estado federal. ¿Qué ocurriría si ninguno de los aspirantes a la presidencia obtuviese una mayoría necesaria en la primera vuelta? La ley fundamental establece que, tras dos votaciones, resultará elegido el que obtenga una mayoría simple.
En un almuerzo con la prensa extranjera, el candidato democristiano Karl Carstens dijo que no estaba dispuesto a retirar su candidatura, aunque los social-liberales optasen por no presentar a otro aspirante. Carstens reconoció antes de someterse a las preguntas de la prensa su pasado como miembro del partido nazi, afiliado a las SA y funcionario de la comisión de juristas nacionalsocialistas, pero dijo también que, aparte esta declaración suya ante los informadores, no admitiría preguntas sobre «aquellos años críticos». Que el aspirante democristiano no encuentra un respaldo popular parece indicarlo el resultado de una encuesta del diario alemán más conservador, nada afecto a las posiciones que representa el tándem social-liberal.
Según Die Welt, si el presidente fuese elegido por todo el cuerpo electoral del país, más del 71 % de los alemanes darían su confianza a Walter Scheel y muy pocos optarían por Carstens, a falta de otro candidato de la Unión Cristiano Demócrata.
El Bundesrat, o Cámara de las Regiones, mayoritariamente democristiana en su actual configuración, proporcionará al país el sorprendente resultado de ofrecer a la RFA, si es que no se producen defecciones entre sus compromisarios, un presidente que la mayoría no desea.
En previsión de que sea así, la policía ha impuesto un plan especial para evitar que se produzcan manifestaciones callejeras que ya se prevén iracundas. Según ha informado la Jefatura de Policía de Bonn, hasta ahora solamente se ha permitido una manifestación antinazi organizada por el escritor Guenther Wallraff, pero se tienen noticias de que diversas formaciones comunistas y grupos antifascistas preparan también concentraciones para protestar por lo que consideran grave mal para la democracia, es decir, la elección de un antiguo nacionalsocialista para la suprema magistratura de la nación.
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