Autonomía de Castilla
Tengo 42 años, soy emigrante en Cataluña, no soy de derechas ni tampoco de izquierdas, y no pertenezco por tanto a ningún partido político, entre otras razones porque a la vista de cómo está España no comprendo como ningún político se atreve a exhibirse y a hablar en público, aun sabiendo que nuestros males vienen de muy lejos.Soy depositarlo de un título que me honra y me llena de orgullo. Soy castellano. Soy castellano de los que han trabajado mucho, han comido poco y no se han quejado nunca. Y esto es lo que nos ha perdido a los castellanos, no saber lamentarnos.
Desde que nuestro pueblo en solitario se enfrentó contra el centralismo recién inaugurado del emperador Carlos V y cuya caballería derrotó finalmente a los castellanos en Villalar de los Comuneros, colaborando con los imperiales en éste y otros encuentros de la Revolución Comunera, tropas al mando de sus nobles procedentes de otras regiones, las mismas que ahora ponen el grito en el cielo contra el centralismo. Desde esa fecha, digo, Castilla norte y sur, que todo es la misma Castilla, no ha dejado de ser concienzuda y sistemáticamente esquilmada y arruinada. Y el pueblo castellano empezó a protagonizar el éxodo más brutal, injusto y triste que ha conocido la edad moderna y contemporánea, porque ha terminado por enriquecer los mismos bolsillos que nos obligaron a abandonar nuestros pueblos. Es elocuente comprobar el mapa económico y demográfico actual de España y compararlo con los de los años 1500, por ejemplo, lo cual unido al conocimiento de la historia nos lleva a los castellanos al convencimiento de que Castilla es el pueblo mártir del centralismo, por excelencia.
Eso mirando hacia atrás. Si oteamos el futuro más o menos inmediato, y dando por hecho que se intenta seriamente replantear el Estado español, basándolo en un mosaico de autonomías, nos encontramos con que este planteamiento se debe exclusivamente a la obligatoria necesidad a que han desembocado los Gobiernos centralistas de ceder a las exigencias autonómicas de Cataluña y el País Vasco, totalmente legítimas por otra parte. Y en este punto los castellanos tenemos que convenir en
(Pasa a página 12)
Autonomía de Castilla
(Viene de página 11)que nuestra autonomía será una consecuencia de la autonomía vasca y catalana, y que el estatuto que nos conceda Madrid hemos de temer que sea inferior al de aquellos.
Pero claro, una buena parte de nuestro pueblo tiene que vivir fuera de Castilla y esto se nota también a la hora de concentrar multitudes reivindicadoras que impresionen a los Gobiernos.
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