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Washington garantiza a Panamá el cumplimiento del tratado sobre el canal

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El presidente panameño, Arístides Royo, se declaró ayer satisfecho con las garantías obtenidas en Washington de que la aplicación de los tratados sobre el canal de Panamá no supondrá una modificación del espíritu de los mismos ni un recorte en la prevista soberanía panameña sobre la vía de agua.

Durante dos días de visita privada a la capital norteamericana, el presidente Royo mantuvo numerosos contactos con miembros del Congreso y del Ejecutivo y fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Jimmy Carter. Procedente de Europa, donde había realizado una gira por diversos países, entre ellos España, el presidente de Panamá llegó a Washington para presionar en contra de una posible modificación de lo dispuesto en los dos tratados sobre el canal.Aunque estos acuerdos fueron ratificados el año pasado por el Senado norteamericano, por un solo voto más de los necesarios, en los últimos meses se ha registrado en el Congreso una corriente dirigida a recortar la cesión de soberanía mediante el desarrollo legal de lo dispuesto en los tratados. Los debates sobre la implementación de los acuerdos, donde algunos confían en desvirtuar el contenido de los mismos, comenzarán el próximo 22 de mayo en la Cámara de Representantes.

Según lo dispuesto en los tratados, la cesión de soberanía comenzará el próximo día 1 de octubre y se habrá realizado plenamente en el año 2000. La creación de una agencia conjunta que dirija las operaciones del canal, la progresiva cesión de puertos, bases y territorio de la zona deben ser ahora detalladas por el legislativo norteamericano, momento aprovechado por los sectores más reaccionarios de la sociedad norteamericana para lanzar de nuevo su campaña contra la cesión de la soberanía sobre el canal.

Después de la entrevista entre los dos presidentes se hizo público un comunicado conjunto en el que se expresaba la intención de ambos.

Aunque el dirigente panameño dijo ayer estar convencido de que Estados Unidos hará honor a lo firmado en los acuerdos, advirtió que su país reaccionaría contra cualquier modificación sustancial de los mismos y dijo que en caso de que Washington «violara» los tratados sobre el canal, Panamá podría denunciar a Norteamérica ante un tribunal internacional de justicia.

Al frente del pueblo

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Insistiendo siempre en que no cree que sea necesario recurrir a ese tipo de acciones, el presidente de Panamá indicó también que las Naciones Unidas han dictado disposiciones a aplicar en el caso de incumplimiento de tratados internacionales.En el hipotético caso de que se produjeran disturbios en Panamá similares a los de 1964 a causa de modificaciones introducidas en el texto de los acuerdos por el legislativo norteamericano, el presidente Arístides Royo declaró que, si se presentara una situación de ese tipo, él «estaría al frente de mi pueblo».

En medios oficiales de Washington se auguraba ayer que el debate en el Congreso no se reflejará en enmiendas importantes a los dos tratados y que la implementación de los mismos quedará terminada a principios de junio en términos tales que sean aceptables tanto para Panamá como para Estados Unidos.

Hace sólo unas semanas, sin embargo, que la Cámara de Representantes votó a favor de una reducción de 11,5 millones de dólares en ayuda económica a Panamá y otros 2,5 millones en ayuda militar. Los enemigos del tratado alegan que éste no costará a los contribuyentes norteamericanos 870 millones de dólares, como dice la Administración Carter, sino 4.000 millones, y basan su campaña, que está estos días en su punto álgido, en el lema «¿Por qué pagar 4.000 millones para que Panamá acepte un regalo?»

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