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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los hombres de Fez

Los fasis son de Fez. El fundador del Istiqlal, Allal el Fasi, era igualmente de dicha ciudad. En su ideario político reclamaba para Marruecos media Africa. Y educado al modo fasi, Hassan Il ha mantenido hasta el presente el estilo fasi de gobernar el país. El europeo puede entenderse fácilmente con el rifeño, rabatí o casablanqués; pero le cuesta un ojo de la cara alcanzar a comprender meridianamente la mentalidad fasi. Y el Gobierno marroquí actual, así como los anteriores Gobiernos desde la independencia, lo mismo que la burocracia administrativa, son y han sido formados por hombres fasis. ¿Y qué son los fasis?, nos preguntamos. Pues, sencillamente, los que organizaron y llevaron a cabo la Marcha Verde. A ningún marroquí que no fuera fasi se le habría ocurrido tal empresa. Pero los fasis son personas de otro costal. Los españoles hemos tenido que abandonar nuestros bienes en Marruecos, cuando el famoso dahir de Hassan II, de 1973. De nada sirvieron los años de esfuerzo y sacrificio, veinticinco, treinta o más de continuado trabajo, pagando escrupulosamente los impuestos. Hubo que abandonar lo conseguido por la famosa ley de marroquinización.El fasi es inteligente, muy inteligente, en cuanto a provecho personal se refiere. Sabe abordar a las personas, aunque no las conozca, como el mejor y más desinteresado amigo, y siempre con la cara afable, sonriente. Y es que su vida carece de valor si no logra el beneficio personal que persigue. Para él la palabra lo es todo, aunque no le reconozca valor alguno. La palabra se la lleva el viento. Sólo sirve para encantar y persuadir. También el escrito, por muy relumbrón y rubricado que esté, posee un valor neto. Siempre habrá peros que oponer si no interesa a la postre lo firmado.

Y esta mentalidad gobierna Marruecos desde la independencia.

Como se comprenderá fácilmente, se trata de un círculo vicioso, al cual sólo se puede hacer frente con espíritu de firmeza.

He escrito estas líneas sin ánimo de ofender, solamente esbozar la mentalidad real del hombre fasi. Entre los marroquíes cuento con buenos amigos. Si leen estas líneas, estoy seguro que me darán la razón.

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