¿Aduanas vascas?
En el fondo del actual problema vasco parece claro que existe una componente fundamental de tipo económico, debido en buena parte al hecho de que Álava y Navarra siguen con un sistema de concierto económico que les resulta muy favorable.Así pues, de lo que se trata es de quedarse con la mayor parte posible de los impuestos que se recaudan en esas provincias.
Tratar de esa cuestión y no tratar al mismo tiempo del movimiento de mercancías y capitales es algo perfectamente absurdo. Y es que una parte esencial de todo sistema fiscal son las aduanas.
Así pues, pienso que para que un sistema de concierto económico no sea un fraude descarado debe estar acompañado del establecimiento de una aduana. Esto, por lo que a los vascos se refiere, no sería sino volver a restablecer las aduanas que ya estuvieron en Valmaseda, Orduña, Vitoria y Salvatierra, y que definitivamente se trasladaron a los puertos y a la frontera por el decreto de 16 de septiembre de 1841, dado por Espartero.
Planteadas así las cosascreo que los demás españoles estamos en condiciones de ofrecer bastante más de lo que vascos y navarros pueden aceptar, no en balde somos su principal cliente y les proporcionamos capitales y electricidad barata. Más aún, en la situación presente cuando, con la perspectiva de integración en el Mercado Común Europeo, necesitan del resto de España más que nunca.
Claro que todo este juego no puede durar más que lo que tarde en entrar España plenamente en el Mercado Común, ya que una vez dentro de él no caben ni aduanas ni privilegios fiscales que impidan la libre competencia.
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