Costa de Marfil, un país rico y pro occidental
Pequeño país de 322.000 kilómetros cuadrados y poco más de siete millones de habitantes, de raza negra, ocupa una larga franja costera de seiscientos kilómetros, ligeramente al norte del Ecuador, en el golfo de Guinea. Vasta llanura selvática con vegetación ecuatorial y tropical, fue siempre un territorio de acceso difícil, lo que dificultó su colonización, realizada tardíamente por los franceses, a finales del siglo XIX y principios del XX.Desde 1945, la vida política está dominada por un jefe tradicional, el presidente Houphouet Boigny, de formación francesa. Progresista al principio y fundador del Partido Democrático, colaboró con diversas fuerzas de izquierda hasta 1950, en que evolucionó hacia posturas conservadoras y colaboró en el proceso de descolonización de Francia.
Elegido presidente meses después de la proclamación de independencia, en 1960, ha sido reelegido desde entonces cada cinco años, presentándose como candidato único y cabeza del Partido Democrático, el único del país. Ha triunfado sobre varios intentos de golpe de Estado.
Apoyado por la burguesía nacional y las grandes compañías extranjeras instaladas en el país (Renault, Nestlé, etcétera), la política conservadora y prooccidental del presidente Houphouet Boigny ha colocado a su país entre los más ricos de esta región de Africa. Algunos acusan a esta situación de neocolonial, debido a la dependencia de Francia, al déficit estructural de la balanza de pagos y a alta tasa de inflación.
País eminentemente agrícola, produce café, cacao, madera y caucho. El 82 % de la población activa se concentra en este sector económico, aunque se observa un desplazamiento progresivo hacia la industria. Posee también pequeños yacimientos de diamantes.
La política exterior de Costa de Marfil es conservadora y pragmática, alineada frecuentemente con la de la antigua metrópoli, Francia.
España y Costa de Marfil establecieron relaciones diplomáticas el 12 de junio de 1964. Como toda nuestra política exterior africana, los contactos con este país fueron prácticamente nulos hasta que surgió la reivindicación por parte de la OUA de la africanidad de las islas Canarias. En este contexto hay que situar la visita realizada por el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, a este país, en mayo del pasado año, en su gira por diversos países africanos.
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