El Ejército italiano custodiará puntos estratégicos durante las elecciones
Las Fuerzas Armadas serán empleadas para la salvaguardia de los objetivos de interés público, que puedan ser objeto de atentados terroristas. La decisión fue tomada ayer después de una reunión del Comité Interministerial para la Seguridad Nacional en el palacio de la Presidencia del Gobierno y fue presidido por el primer ministro Andreotti. Asistieron también los ministros del Interior, de la Defensa, de Asuntos Exteriores y los de Industria y Finanzas.
Según la declaración del Comité de Seguridad, no se trata de emplear contingentes especiales, sino fuerzas del Ejército regular. El ministro de Defensa, Ruffini, que ha declarado ante la televisión «afronto está responsabilidad con mucha serenidad, incluso como padre de familia que tiene un hijo actualmente en el servicio militar», afirmó que los militares tendrán sólo un papel de «vigilancia» como corresponde a la naturaleza de las Fuerzas Armadas. Por lo que se refiere al tiempo que podrá durar esta experiencia, el, ministro Ruffini, afirmó que, por ahora, la experiencia durará toda la campaña electoral y que después «se verá».Esta decisión, muy contestada por socialistas, nueva izquierda y radicales, llegó mientras todo el país estaba celebrando el primer aniversario del asesinato de Aldo Moro, cuyo cuerpo fue abandonado por las Brigadas Rojas la mañana del 9 de mayo de 1978 en la calle Caetani, a un paso de las oficinas del PCI y de la DC, en pleno, centro de Roma.
Hasta el papa Juan Pablo II se unió a esta conmemoración nacional, recordando en la audiencia pública en la plaza de San Pedro ante más de 100.000 peregrinos la figura del «ilustre estadista italiano». Dijo el Papa «que la trágica conclusión de aquella historia provocó en Italia y en todo el mundo gran conmoción y una protesta vibrante contra la ciega e irracional violencia de un asesinato que había humillado a la Humanidad en sus fundamentales exigencias de verdad y de justicia».
La actitud de Juan Pablo II de presentar al cristiano como un héroe que no debe temer ante el peligro ni ante la muerte se va reflejando cada día más claramente en una serie de síntomas. EL PAIS ha sabido de fuente segura que, cuando alguien le ha hecho saber que sus numerosas salidas a las parroquias de Roma y las audiencias en la plaza de San Pedro, podrían crearle problemas de seguridad personal el Papa Wojtyla ha respondido sin pensar un segundo: «El Papa no debe tener miedo nunca a morir en el cumplimiento de su misión de pastor.»
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.