Hispanoamericanos en España

Soy boliviano y casado el 6-VI-66 (capicúa) con ciudadana española, madrileña, número del DNI 758.882, y tengo dos hijos (diez y doce años) nacidos e inscritos en el Registro Civil de Alicante. Mi llegada a España data de 1963 y empadronado en Alicante en 1967; llevo, por tanto, dieciséis años conviviendo y sirviendo con mi contribución al bienestar de la sociedad española; bien, aún no he podido conseguir mi nacionalidad en España y actualmente está en el alero mi autorización de residencia y, como es natural, mi permiso de trabajo corre la misma suerte. Toda una duda mi permanencia.Pensarán que si no he solicitado mi opción a la nacionalidad española no puedo reclamarla. Claro, pero no es así.

Primero, se me pidieron tantos papeles legalizados que bien se podía haber editado una enciclopedia con ellos; viajé a mi país (Bolivia) a por todos los papeles requeridos, con todos los gastos que esto supone y sobre todo cuando el dinero que se tiene no está para gastárselo en viajes de turismo.

Presenté todos los papeles; legalizados por el Consulado español; todo como se me había exigido. Enero de 1976.

Luego se me pidieron 20.000 pesetas y más dinero, últimamente, para cubrir los gastos del trámite burocrático. Previamente, el señor funcionario me informó que me salía este precio a menos de la mitad de lo que solía costar.

Bien, juré y firmé fidelidad a SM el Rey de España y de obediencia a las leyes españolas ante don Jesús Carrión Ruiz, juez municipal número 1 y encargado del Registro Civil de esta ciudad (Alicante, y, existiendo con Bolivia convenio de doble nacionalidad (I 2-X-6 1) ratificado el 25-1-62, BOE de 14-1V-64, no me conceden aún la nacionalidad española, ni por el convenio ni por estar casado con española; se me ha dicho que al estar casado (trece años) por lo civil las leyes españolas no reconocían mi matrimonio; bien, entonces me preguntaba: ¿Y qué pasa con lo que España había firmado con mi país de nacimiento (Bolivia) sobre la doble nacionalidad?; esto, seguramente, es una faceta política muy particular y no un derecho común de acuerdo con lo establecido.

Conclusión: mi mujer y mis dos hijos, españoles de raíz, sin ningún género de dudas, no tienen derecho a que el marido y padre, respectivamente, busque la felicidad junto a ellos en su propia patria (España). Con todos los antecedentes expuestos, llevo ya más de tres años esperando esta gracia y aún no tengo la suerte que otros. Espero que algún día me llegue lo que por derecho me corresponde. (Ciudadano boliviano)