Una propiedad de los Hohenlohe, la mayor subasta organizada en España
Las subastas de arte, últimamente alicaídas en España, vuelven al primer plano con la gigantesca venta (695 lotes repartidos en seis sesiones) que organizará a partir del 25 de mayo, en la sierra madrileña, la primera firma mundial Sotheby's. La subasta, según las estimaciones de los organizadores, debe suponer la más alta cifra de ingresos jamás alcanzada en este país. Se trata -por primera vez también en España- de una house sale, o subasta de todo el contenido de una casa: El Quexigal, antiguo monasterio-granja del siglo XVI, propiedad de los príncipes de Hohenlohe.
«No tengo constancia de que se haya celebrado aquí alguna subasta de vaior superior a la que estamos organizando ». dice el nuevo representante de Sotheby's en España, Edmund Peel. «Si todo sale según las estimaciones de muchos expertos, podríamos batir todas las marcas establecidas.» Esas estimaciones valoran el contenido de la casa en más de cien millones de pesetas.Las piezas más notables están en el conjunto de tablas españolas de fondos dorados, realizadas en los siglos XV y XVI. Se encuentran entre ellas dos tablas del Maestro de Huesca y otras dos de la escuela de Burgos. La obra de valor (estimado) más alto es una tabla atribuida a Fernando Gallegos, Crislo, camino del Calvario, que podría- salir entre los diez y los doce millones de pesetas. También destacan varias tallas del siglo XVI, de gran calidad; figuras de belén napolitanas (siglo XVIII) y tres tapices de Bruselas, realizadosa finales del siglo XVII por Gérard Peemans, sobre modelo de David Teniers.
En las dos sesiones finales (27 de mayo), dedicadas al «contenido general de la casa», se subastarán vinos de los propios viñedos de El Quexigal: doscientas botellas de vino de mesa de 1942 y 220 botellas de los años treinta.
La venta va a tener repercuasión internacional, ya que entra si en el programa mundial de Sotheby's, y sus catálogos han sido enviados desde Londres a posibles compradores del mundo entero. «Una casa de dos siglos largos de existencia y que está a la cabeza de,su especialidad en todo el mundo, como es Sotheby's, desea ante todo cumplir escrupulosamente la ley y apoyar, no dañar, el patrimonio español», asegura Edrnund Peel. «Por eso, hemos solicitado, como prevé un decreto de 1960, que el Ministerio de Cultura determine oficialmente qué lotes son exportables y cuáles no lo son. Esto permitirá a los compradores saber con toda transparencia la situación legal de cada obra.»
La solicitud fue hecha hace un mes, y los miembros de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Obras de Importancia Histórica o Artística han inspeccionado ya los lotes. Sin embargo, no han dado aún ninguna respuesta oficial a la solicitud de Sotheby's.
Peel, un joven de treinta años, experto en el mercado del arte español, expone así el punto de vista de los subastadores: «No somos unos marchantes, sino que constituimos una empresa de servicios: a los vendedores, a los compradores -a quienes ofrecemos asesoramiento gratuito- y, en este contexto, también al patrimonio español. Todas las piezas exportadas cuyo valor sea superior al medio millón de pesetas sufren una tasa de exportación del 30%, que va a parar íntegra al Ministerio de Cultura, para adquisición de obras de arte. Con una política inteligente de exportación de obras de carácter no fundamental para el patrimonio artístico se puede conseguir un importante fondo económico para enriquecer ese mismo patrimonio. Como la intervención de una casa de renombre internacional mejora muy mucho el precio de salidad de una subasta, también aumentan las tasas de exportación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.