Orquestas de Praga y Madrid

El nivel mundial de un país puede medirse bien considerando la calidad de las figuras y conjuntos de segunda fila. Es el caso de Checoslovaquia. Cuando una Orquesta como la Sinfónica FOK (Film, Opera y Concierto), sin ser la primera de Praga, logra tan bella sonoridad, tan buena disciplina, tan ardiente expresividad, quiere decirse que la vida sinfónica goza de buena salud. El director, Jiri BelohIavek (praguense, treinta y tres años), posee un oficio firme y una capacidad de comunicación extremada. Si a veces las versiones resultan arrebatadas, me parece que se trata de tendencia bastante corriente entre los jóvenes, que el tiempo se encarga de serenar Sonó con belleza y autenticidad el Ultava smetanlano v tuvimos un segundo concierto de Brahms, protagonizado tanto por la orquesta como por el solista. Era éste uno de los grandes pianistas checos, Ivan Moravec, serio y expresivo de línea, potente de sonoridad, rico de matices, brillantísimo de técnica mecánica. Con la Sinfonía del Nuevo Mundo, dada con ese frescor y ausencia de retórica con que suelen entenderla los checos, culminó el concierto dedicado a universitarios y organizado por el Departamento de Música de la Autónoma. Ambiente entusiasta y respuestas calurosas.La Orquesta de Cámara Española, de la que es concertino-director Víctor Martín, abordó todo un programa Mozart, con el Adagio y fuga, K. V. 546, la Serenata en re mayor, la Broma musical, el Concertone y el Divertimento en re. Esto es: imágenes diversas del genio mozartiano, siempre difícil de abordar, más aún en páginas de la importancia del Concertone en do mayor, para dos violines, quizá la menos frecuentada de todo lo interpretado. La seriedad de criterio, la feliz impostación del Divertimento, la claridad expositiva de la Fuga o la hondura del Concertone nos hablan de la calidad del conjunto y de sus grandes posibilidades. Del mérito de sus componentes fue muestra brillantísima la actuación solista de Martín, Javier Goicoechea y Francisco Romo, violines; Pilar Westermeier, viola, y Eladio Piñeiro, contrabajo. Excelentes los comentarios de Antonio Martín Moreno e ilusionada la actitud de un público que ya espera el anunciado ciclo de otoño, a lo largo del cual la Orquesta de Cámara Española puede solidificarse en todos los sentidos.