Don Juan Carlos:"Hay que respetar y acatar las decisiones que se toman con el apoyo de la voluntad popular"
«En el desarrollo de los pueblos es necesario que todos aprendamos a respetar y acatar las decisiones que se toman con apoyo de la voluntad popular, manifestada con arreglo a las leyes», afirmó ayer el rey don Juan Carlos en el acto de entrega de fajas a los miembros de la 75 promoción de la Escuela de Estado Mayor del Ejército.
Asistieron el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez; el vicepresidente para Asuntos de la Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado; ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún; ministro de Educación, José Manuel Otero Novas: las Junta de Jefes de Estado Mayor y otras personalidades. El Rey y los miembros del Gobierno asistentes apadrinaron a los alumnos que han obtenido sobresaliente y que ocupan los primeros puestos de la promoción.El general de la escuela, Juan Cano Hevia, pronunció la lección final del curso sobre el tema «La paz internacional y la tensión Norte-Sur». A continuación. se entregaron los diplomas y se impusieron las fajas y condecoraciones.
Acatar la opinión de la mayoría
Por fin, el Rey pronunció un discurso en el que, entre otras cosas, dijo:«Cada uno tiene ocasión de formular su criterio y de mantener su apoyo a las ideas, a los programas o a los propósitos con los que se encuentre más de acuerdo. Pero también es imprescindible que, al producirse el resultado mayoritario, todos sepamos aceptarlo y nos esforcemos en conseguir los objetivos beneficiosos para España, sin que se ejerza la violencia o se vulneren las leyes. »
«En la vida de una nación, lo mismo que en unas operaciones militares -añadió el Rey-, es preciso mantener constanteniente el conocimiento y el dominio de la situación y tomar la decisión sin demora ni precipitaciones, sin dejar de contemplar el objetivo fiaal y aplicando un plan de maniobra meditado y acorde con el teatro de operaciones y con las circunstancias de todo orden que en la situación concurren. Estas mismas circunstancias variables pueden motivar en muchos casos la necesidad de introducir cambios, de desplegar con rapidez la imaginación y tener el acierto de improvisar sobre la marcha las medidas adecuadas.»
«Esto-es un arte en la milicia y en la política -continuó don Juan Carlos-, pero también hay posiciones claves que no pueden abandonárse en modo alguno, y que deben defenderse a toda costa. En la milicia o en la política, porque sobre ellas descansa el resultado final de la batalla o la conservación de unos principios inmutables, sin los cuales los pueblos y las naciones pierden su esencia y su razón de ser. Sobre esas posiciones y esos principios no cabe la transigencia, la negociación o el acuerdo. »
«Los símbolos que representan a la patria, los principios en que se apoya nuestra historia y nuestra manera de ser, los preceptos que las leyes recogen y que todos hemos de respetar y defender, no pueden ultrajarse y menospreciarse porque la tolerancia pudiera parecer que se tornaba en indiferencia o en temor.»
