Agresividad, distracción y alcohol; causas más frecuentes
Las cifras de muertos a causa de accidentes de circulación parecen haberse estabilizado en los últimos años. Incluso ha llegado a notarse un ligerísimo descenso a partir de la implantación del uso obligatorio del cinturón de seguridad y de las medidas de limitación de velocidad, que tanta polémica causaron. En efecto, en 1974 murieron, en accidente de circulación, 390 personas menos que el año anterior. En aquel año se había implantado el uso obligatorio del cinturón. La adopción de medidas de control de velocidad supuso en Francia, en 1973, la reducción de mil muertos con respecto al año anterior, según datos del Organismo Nacional de Seguridad en Carretera francés. Las cifras han aumentado desde entonces. Pero es necesario tener en cuenta que ese crecimiento también afectó al parque nacional de vehículos, que en 1973 contaba con cerca de seis millones. En 1978 sobrepasaba con creces los ocho. Entre estas dos fechas, la cifra de muertos por accidente se elevó en 206 personas.Analizar las causas que producen estas elevadas tasas de mortalidad en carretera es objeto de multitud de sondeos realizados en diversos países. Generalmente, en todos ellos se llega a similares conclusiones. Por ejemplo, en el II Congreso de Tráfico, celebrado el pasado año en Barcelona, se pudo determinar estadísticamente que un altísimo porcentaje de los accidentes de carretera se deben a fallos humanos, mientras que las causas ambientales y la mecánica del vehículo pueden tener influencias en el mínimo porcentaje de accidentes restante.
En una encuesta realizada entre conductores de nueve países europeos por la Asociación Internacional para el Estudio del Comportamiento de los Conductores, cerca de catorce mil automovilistas consideraron la distracción y la agresividad como factores humanos responsables en mayor grado de los accidentes que se producen : Una conclusión de dimensión casi universal.
Estos factores humanos son los que la Jefatura Superior de Tráfico española considera circunstancias psicofísicas de los conductores. Esas circunstancias psicofísicas se diversifican en distintos factores, responsables todos ellos de buen número de accidentes. Por ejemplo, la distracción del conductor es, entre ese tipo de causas, la que mayor número de accidentes provoca: exactamente, un 13,94% en 1976. La conducción bajo efectos de alcohol o estupefacientes fue responsable de un 1, 10%, mientras que la enfermedad súbita, el sueño y el cansancio provocaron conjuntamente otro 5 % de accidentes.
Cansancio y alcohol
El cansancio, que provoca esa pequeña cifra de accidentes, puede ser, a su vez, causa de aquellas distracciones responsables del 14 %de los problemas graves en carretera. Según el doctor Carlos Padrón, miembro del Servicio de Psiquiatría de la Ciudad Puerta de Hierro, «las personas que sufran situaciones de cansancio, emoción intensa o angustia, deben evitar la conducción de automóviles hasta que su estado físico y anímico esté en las debidas condiciones». Con respecto al problema del alcohol, el mismo psiquiatra declara que el problema del conductor borracho «es mayor cuando se han ingerido cantidades de alcohol tan bajas que resulta posible tomar el mando del coche. En estos conductores-bebedores se produce una desinhibición y una euforia que les hace creerse más capacitados para conducir de lo que realmente están en ese momento».
En el hospital francés de Garches se ha realizado una investigación que ha permitido demostrar que el alcohol es el responsable original del 40% de accidentes mortales producidos en Francia. En el país vecino se ha planteado la posibilidad de una revisión médica de los conductores a los que les sea retirado el carnet a causa de exceso de alcohol en la sangre. Los alcohólicos crónicos, sometidos a tratamiento, podrían recuperar su documentación para Volver a manejar el volante.
Como se señalaba anteriormente, la agresividad también es causa de accidente, Según el jefe del Servicio de Psiquiatría de Puerta de Hierro, «la agresividad y las malas formas corresponden a varios factores. Primero, el relativo anonimato del automovilista, dado que no se encuentra integrado dentro del grupo de conductores, no tiene un ideal común con el resto de los automovilistas. Por otra parte, el conductor, una vez al volante, vive su automóvil como una prolongación de todas aquellas estructuras que le procuran un sentimiento de aumento de su potencia personal».
Esa agresividad de muchos automovilistas se puede traducir, en ocasiones, en la falta de respeto a las señales y normas de tráfico. Como señala el psicólogo y médico italiano. Ricardo Luccio, «esas normas de tráfico son las únicas leyes que no forman parte del sistema moral del individuo. La agresividad puede encauzarse a través de su incumplimiento sin que el conductor se sienta incómodo por sus propias transgresions».
Otras causas
Según ha podido comprobarse en estudios realizados en Francia, el consumo del tabaco también puede contribuir a situaciones difíciles en la conducción. Al parecer, el 20% de los accidentes se producen en automóviles cuyos ocupantes han consumido más de tres cigarrillos. Ese porcentaje se duplica cuando el viaje se produce durante la noche. El humo del cigarrillo reduce la capacidad de percepción de la retina, al mismo tiempo que la falta de pureza del ambiente repercute en la respiración del conductor y, como consecuencia, en su cerebro).
Por otra parte, parece que existe relación entre los accidentes protagonizados por mujeres y el período de menstruación de las mismas. Un estudio llevado a cabo por la High School Fermales dio como resultado que el 42% de las conductoras implicadas en accidentes de automóvil estaban en la fase antes señalada. Al parecer, la menstruación reduce la capacidad de reacción de las mujeres, y esto puede traducirse en accidentes protagonizados por el, cada vez mayor, número de mujeres conductoras cuando éstas se encuentran en el citado período.
Cabe señalar asimismo, que, contra lo que cabría esperar, el mayor número de accidentes se produce cuando las condiciones ambientales son mejores, es decir, cuando brilla el sol. En momentos de lluvia parece que los conductores vigilan más sus reacciones y las del automóvil, por lo que el porcentaje de accidentes con lluvia no llega al 15 %.
Se estima que el mayor número de accidentes se produce en nuestro país a las once de la mañana y entre las siete y las ocho de la noche.
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