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"No me interesa un cine documental manipulador"

Entrevista con Gonzalo Herralde, realizador de "El asesino de Pedralbes"

En el cine infantas, de Madrid, se ha estrenado la película El asesino de Pedralbes, de Gonzalo Herralde, donde se narra el crimen de un matrimonio de la alta burguesía barcelonesa cometido en 1974 por José Luis Cerveto, actualmente en la prisión de Huesca, donde cumple una doble condena de treinta años, sin posibilidad de indulto. El estreno coincide con la publicación de la autobiografía y diarios que José Luis Cerveto escribió en la prisión.

El asesino de Pedralbes, presentada en el último festival de cine de San Sebastián, donde recibió el Premio Perla del Cantábrico a la mejor película en lengua castellana, se ha estrenado en diversas ciudades españolas y en festivales internacionales. La peculiar distribución y exhibición de las películas españolas, en muchos casos como trámite para cubrir la cuota de pantalla, obliga al retraso en la participación de una película, polémica, donde por primera vez un detenido explica su situación ante la sociedad y cuestiona las instituciones represivas.Es el tercer largometraje de Gonzalo Herralde, cineasta catalán autor de La muerte del escorpión (1975), y Raza. El espíritu de Franco (1977), así como de los cortos Cartel (1970), El B. va a Nueva York (1971), Un cochero impertinente (1973) y Mi terraza (1974).

« El asesino de Pedralbes -declaró a EL PAÍS Gonzalo Herralde- está en la línea de otras obras mías donde parto de un material estrictamente documental para hacer una construcción que utilice los esquemas narrativos de las películas de ficción, con toda su ambigüedad, y con técnicas de en trevistas para que los personajes sean intérpretes de sí mismos y reproduzcan diálogos y situaciones que vivieron, lo que produce una identificación muy clara. Me interesaba hacerlo con un personaje como Cerveto, que era un caso límite, presentado como un simulador que había cometido un crimen aparentemente gratuito.»

La película está rodada en los mismos escenarios vistos por José Luis Cerveto, en su biografía (reformatorio, tribunal tutelar de menores, asilo, pensión) y en los lugares de los hechos (finca del matrimonio asesinado, prisiones de Carabanchel y Huesca, palacio de Justicia de Barcelona). «La película se hizo a partir del sumario y en conversaciones con el ahogado y el propio Cerveto, que estuvo de acuerdo. La intervención de Cerveto en la prisión de Huesca sigue la cronología del rodaje, lo que provocaba una situación de autoanálisis y reflexión sobre su propia historia. Es uno de los factores que da tanta fuerza a la película, al presentarse sin bloqueos ante una persona que no es una institución represiva. La película hace comprensible el crimen, lo que no ocurrió durante el juicio ni con las explicaciones jurídicas y psiquiátricas, dirigidas a tranquilizar la conciencia social de las instituciones para convertir los hechos en un robo contra la propiedad.»

«El espectador se tiene que enfrentar con una realidad que las instituciones, incluso el cine a través de películas que tratan hechos criminales, tratan de tranquilizar. No me interesa un cine documental manipulador, con pretensiones de objetividad. El personaje de Cerveto, que se expresa con inteligencia y seducción, provoca una fascinación en el espectador y una identificación propia del cine de ficción. Esta representación de sí mismo creo que ocurre también con la mayoría de los personajes qu e intervienen. Me interesaba resaltar la doble relación del espectador con unas ideas más o menos trivializadas sobre la personalidad de Cerveto y las instituciones jurídicas, psiquiátricas y penitenciarias que intervienen, después de un asesinato.»

En cuanto al rodaje, Gonzalo Herralde combina la construcción de la historia con las circunstancias propias de todo rodaje. «Hay secuencias previstas, como la aproximación por planos cuando en la celda vacía cuenta el crimen. A medida que avanzaba el rodaje, Cerveto entraba más en profundidad sobre sí mismo. Cuando narra su experiencia con los psiquiatras había que procurar que no le molestara la cámara. La fascinación que ejerce en la película ha ocurrido con otras personas que le han conocido en los últimos años. Para mí ha sido una experiencia impresionante. La situación de Cerveto es ampliable a otros presos que han sido juzgados con el ordenamiento jurídico existente.»

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