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La ausencia de Somoza de Nicaragua desata los rumores sobre el futuro del país

Confirmado el viaje de Anastasio Somoza y su familia a Estados Unidos, la vida política y social de Nicaragua ha quedado sumida en el mar de las especulaciones y de las hipótesis que este inesperado desplazamiento ha producido. La versión más insistente sigue siendo la que inscribe el viaje de Somoza en un amplio plan para consolidar el somozismo en el país, aunque sea sin la presencia física del dictador al frente del poder. Este plan incluiría la formación de una junta cívico-militar que gobernaría hasta las elecciones de 1981, a las que Tachito Somoza concurría como candidato.

Somoza, su esposa, su madre y sus hijos más pequeños, además de un reducido grupo de colaboradores, abandonaron Nicaragua en la mañana del domingo, a bordo de su jet privado, que despegó del aeródromo que la familia posee en la finca Montelimar, cerca de Managua. El destino inicial del vuelo era Miami, en el estado norteamericano de Florida. El propio Somoza aseguró a los períodistas, horas antes de su partida, que no sentía ninguna preocupación por su salida del país, que la Guardia Nacional, el Partido Liberal y la Constitución nicaragüenses seguían respaldándole y aseguró que el próximo domingo regresaría sin ninguna novedad.No piensan así la mayoría de los observadores políticos ni los dirigentes de la oposición. Estos últimos han corroborado las denuncias formuladas a mediados de la semana pasada por el Frente Sandinista en el sentido de que las vacaciones de Somoza coincidirían con un golpe de Estado de carácter institucional, destinado a consolidar el somozismo. Los sandinistas primero y, más tarde, dirigentes del Frente Patriótico, que integra a los grupos contrarios a cualquier negociación con el dictador nicaragüense, aseguraron poseer información sobre la preparación y objetivos del golpe, que habría recibido el visto bueno del Departamento de Estado y el Pentágono norteamericanos.

Las mismas fuentes vaticinan que, se produzca o no el tan anunciado golpe, la ausencia de Anastasio Somoza del país será aprovechada por las fuerzas del Frente Sandinista para desencadenar una amplia ofensiva guerrillera. El derribo de dos aviones de la Fuerza Aérea de Nicaragua, anunciado por los sandinistas, parece confirmar esta impresión. Otros observadores, sin embargo, no creen que el Frente abandone su táctica de hostigamiento permanente a la Guardia Nacional, preferentemente empleada durante los últimos meses. Este sistema parece haber dado mejores resultados que las ofensivas abiertas, porque entraña menor peligro para los, combatientes y obliga a los soldados de la Guardia Nacional a una vigilia constante, con el correspondiente desgaste moral y físico.

Si en lo político la situación nicaragüense se deteriora de forma permanente, no es menor la que sufre la economía del país. La paralización que la crisis política ha llevado a muchos sectores de la actividad comercial e industrial, la ausencia de cualquier inversión, el cierre de corrientes crediticias externas y la invasión de capitales han conducido al país a una situación que se hace insostenible por momentos.

El Gobierno de Somoza no ha podido mantener por más tíempo el sostenimiento artificial de determinados indicadores y ha debido devaluar el córdoba -moneda oficial-, al tiempo que cortaba el libre mercado de dicha divisa. De siete córdobas por un dólar, el cambio ha pasado a ser de nueve poruno.

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