_
_
_
_
_

Carter pide a los norteamericanos que reduzcan al máximo el consumo de energía

Advirtiendo a los norteamericanos que «cada uno ole nosotros tendrá que consumir menos petróleo y pagarlo más caro», el presidente Jimmy Carter dio a conocer el jueves por la noche su nuevo programa energético. El plan presidencial prevé la desregulación progresiva de los precios del crudo de producción nacional, crea un nuevo impuesto para impedir beneficios extras a las compañías petrolíferas y contiene diversas medidas para estimular la conservación de energía.

En un discurso televisado a todo el país en la hora de máxima audiencia, Carter dijo que el problema energético de Estados Unidos «es muy serio y va a peor», por lo que pidió la colaboración de los ciudadanos para resolver la crisis mediante un «gran esfuerzo nacional», que proporcione al país seguridad energética en los años venideros.El control federal de los precios del petróleo doméstico ha venido estimulando la importación de crudos, dijo el presidente, que cifró en 50.000 millones de dólares la factura de petróleo importado que pagará este año Norteamérica. Como primera medida, Carter anunció la desregulación progresiva de estos precios, comenzando el próximo 1 de junio, a un alza regular durante los próximos 28 meses, para quedar eliminado el control completamente en septiembre de 1981

Carter reconoció que esta desregulación supondrá precios más altos en las gasolineras y un alza en la tasa de inflación, pero dijo que a largo plazo la medida será beneficiosa. Además, «este es el precio que tenemos que pagar por reducir nuestra dependencia del cartel extranjero».

Para evitar que las grandes compañías obtengan beneficios extras con esta subida de los precios del petróleo nacional, Carter anunció la creación de un impuesto especial. El dinero así recaudado se empleará para crear un fondo de seguridad energética», para proteger a las familias con menos ingresos de las subidas de precios de energía, construir un sistema de transporte colectivo más eficiente y para financiar investigaciones en el campo energético.

El presidente norteamericano pidió la colaboración de sus ciudadanos para impedir que las grandes corporaciones petrolíferas influyan en el Congreso. «A menos que vuestra voz se deje oír -dijo-, una vez más el egoísmo de unos pocos bloqueará una acción tan necesaria para ayudar al país entero. »

Refiriéndose a las compañías petrolíferas con una dureza desacostumbrada, Carter dijo que obtendrán benencios, aunque gravados por el nuevo impuesto, confiando en que empleen sus nuevos ingresos «para desarrollar la energía en Estados Unidos, y no para comprar grandes almacenes y hoteles, como algunas han hecho en el pasado».

Para conseguir esa meta de «producir más y conservar más», el líder norteamericano anunció una serie de medidas adicionales, entre las que destacan:

- Eliminación de barreras burocráticas para la construcción de importantes proyectos, como oleoductos (el de Californía a Texas principalmente), puertos y refinerías.

- Acelerar la exploración. de petróleo y gas en terrenos de propiedad federal.

- Negociaciones con México, para comprar a este país gas natural «a un precio justo para los dos países».

- Realización de un informe sobre las vías de incrementarla utilización del carbón, principal recurso energético en USA.

- Próximas medidas para potenciar investigación y uso de la energía solar.

Respecto a la conservación, Carter ha pedido al Congreso que le de autoridad para ordenar la regulación de los termostatos de los edificios públicos, que estarán menos calientes en invierno y menos fríos en verano. Se eliminarán los aparcamientos gratuitos para empleados del Gobierno. Carter pidió que se mantenga el actual límite de velocidad máxima por carretera en 55 millas por hora (unos ochenta kilómetros), porque es «uno (le los medios más eficaces de ahorrar combustible ».

Si los Gobiernos estatales no respetan en un plazo determinado los límites máximos de consumo energético -advirtió Carter-, el Gobierno federal irn. pondrá normas obligatorias, que podrían incluir el cierre de las gasolineras durante el fin de semana.

El presidente propuso, a través de la televisión, que cada ciudadano de Estados Unidos conduzca cada semana quince millas (unos veinticuatro kilómetros), menos de lo que viene haciendo hasta ahora. Una forma de hacer ésto, dijo Carter, es ir a trabajar en autobús o tren una vez a la semana, o viajar en el coche de otra persona o, si el trabajo está cerca, ir caminando. «Cada día que hagamos esto, aseguró el presidente, ahorraremos cientos de millares de barriles de petróleo, y cada barril que ahorremos es uno menos que habrá que importar. »

Con los fondos de seguridad energética se potenciará la investigación de nuevas fuentes, como la energía solar, y se trabajará en el diseño de aparatos, automóviles o edificios que consuman menos energía, contaminen menos y sean más eficaces.

No hubo en el discurso más que una breve referencia a la energía atómica, al comentar el accidente de la central Three Mile Island, sobre el que Carter prometió una información amplia, y la creación de una comisión investigadora. En cambio, Carter terminó sus palabras hablando de la energía solar.

Pocas horas después de pronunciado el discurso, las grandes compañías petrolíferas, tal y como había pronosticado el propio Carter, comenzaban sus críticas al plan energético y al impuesto extra sobre los beneficios, así como los esfuerzos del Lobby, en el Congreso, para impedir que se apruebe esta legislación.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_