Manipulación

Ahora, en este país, ya queda sólo una aldea, la aldea televisual de McLuhan que formamos los telespectadores o, como fue diciendo Pilar Brabo por los mítines, ya queda sólo un «gran ayuntamiento franquista» sin alcaldes y concejales democráticos: Prado del Rey.Cuando la Oposición denuncia, en períodos electorales, a la televisión estatal, como ente manipulador, se cae en un sofisma. Se supone que hay momentos en los que TVE no manipula. La crítica contra la manipulación no es más que una actitud defensiva. Lo importante, en estos casos, es evidenciar incompetencia de quien manipula. Es decir, la ignorancia de quienes intervienen políticamente la distribución de información.

Las cámaras de TVE y sus cerebros directivos demostraron, en el acto de investidura del pasado viernes, ser enemigo de la democracia y obstáculo a la existencia del Parlamento. Mejor y más objetivo era que TVE no hubiera estado allí. A los portavoces minoritarios les privó de voz y a los mayoritarios les descuartizó con unos planos en contrapicado, como aquellos que se utilizaban en el cine mudo para filmar a los malvados.

El martes, mientras RNE emitía un excelente informativo, Elecciones 79, hasta las tres de la madrugada, dirigido por Alejo García con menos medios que colegas del celuloide y del video, TVE volvía a la carga con la estúpida telecomedia de humor negro Que usted lo mate bien (las imágenes de TVE siempre tienen que matar a alguien, en este caso a dos progres, recapitulación de «esos jóvenes de ahora que sólo piensan en drogarse y en hacer porquerías», de la misma manera que en otro capítulo dos ancianas mataban a todos los presos del país y huían por un túnel), un enésimo episodio de Vacaciones en el mar, una serie cuya única misión es promocionar a la Trasmediterránea y asegurarnos de que el crucero sólo se distingue de una residencia del opus por lo de la promiscuidad de sexos. Después de la conferencia de prensa de Sancho Rof se trataba de aguantar la programación hasta la hora de ofrecer datos de los resultados. Los programadores eligieron, en vez de una comedia cinematográfica como tenían previsto, un episodio de la serie Tensión, un thriller que quería mantener en suspense los resultados, una ceremonia de magia negra, inoportuna e inútil, por que poco antes de las dos de la madrugada Alberto Delgado se limitó a recordar, en cinco minutos, el dudoso triunfo de unos números mal presentados. Ayer, TVE repitió, a la una y a las tres de la tarde, la conferencia de prensa del ministro Martín Villa, como si entre las echo de la mañana y las tres de la tarde no se hubiese producido más información sobre las municipales.